El rumano Mircea Căntărescu es un de los escritores más valorados de la actualidad, siendo uno de los nombres recurrentes en las listas de nominados para el Nobel de Literatura de los últimos años. Una de sus novelas más conocidas y complejas es Lulu (Travesti, en su título original, publicada por Impedimenta), en la que habla de las aspiraciones de un joven adolescente retraído, tímido y soñador, Victor, que aspira a convertirse algún día en un gran escritor desconocido que morirá pobre y solo y dejando una sola obra maestra para la posteridad.
Un argumento que cala en la literatura del romanticismo pero que está trufado de sueños, de situaciones incómodas, a veces salvajes, y de pasajes delirantes que convierten a esta novela en un trabajo reflexivo sobre la consciencia del artista, la identidad y el paso de la adolescencia a la edad adulta. Podría arriesgarme al decir que es un cóctel literario y emocional entre el Retrato del artista adolescente, la novela semiautobiográfica de James Joyce publicada en 1916, y la siempre moderna El guardián entre el centeno, publicada en 1951 por J. D. Salinger, a las que le añadiríamos una pizca de Alicia a través del espejo, la inmortal obra de Lewis Carroll, por sus idas y venidas a las distintas dimensiones del espíritu emocionado del protagonista.
Cărtărescu sitúa la acción en el Bucarest de 1973 y es en esa ciudad a la que viaja el dibujante francés Edmun Baudoin para encontrarse con el mismo autor del libro e iniciar así la adaptación al cómic de esta compleja obra. Un tour de force creativo que el dibujante transforma en una intensa obra gráfica (quizás demasiada pegada al mucho texto que contiene), en la que los pinceles secos de tinta negra y los juegos de líneas y manchas densas forman un genial ejercicio artístico, completamente atiborrada de imaginativas resoluciones compositivas en cuanto al dibujo y una marcada predisposición a crear algo permanente.
Baudoin, nacido en Niza en 1943, tiene unos cincuenta libros publicados y ha colaborado con las prestigiosas revistas francesas Pilote, Metal Hurlant y A Suivre, además de haber sido ilustrador para la editorial Gallimard, por lo que Travesti tiene motivos para convertirse en uno de los acontecimientos más importantes en el mundo del cómic europeo.