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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

«El cuerpo no siempre aguanta tanto como el espíritu» – Entrevista a Maryse Condé – El Correo

Ganadora del Nobel Alternativo de 2018, acaba de alzarse con el Prix Cino del Duca, que le llega cuando da por terminada su carrera

Maryse Condé nació en Pointe à-Pitre, la capital económica del archipiélago de Guadalupe, en lo que hoy es uno de los departamentos franceses de ultramar. Su llegada al mundo en ese lugar no es una circunstancia indiferente para su biografía ni su carrera literaria. Porque Condé, feminista, activista por los derechos humanos, defensora de la cultura criolla y africana, ha ido construyendo una obra que refleja muy bien la intrahistoria del lugar, de su gente y sus problemas. Hace unos meses apareció en España La Deseada (Ed. Impedimenta), una novela escrita en 1997, en la que narra el viaje de una de las protagonistas desde Guadalupe hasta Francia y EE UU en busca de su identidad. Algo parecido a lo que vivió la propia Condé, hija de la burguesía negra de la isla, que no fue consciente de las diferencias que marcaban el color de la piel hasta que, siendo aún muy joven, llegó a París. Allí tomó conciencia del sentido de la discriminación y comenzó su trayectoria de activista, que luego desarrolló en estancias en diversos países de África, donde provocó la ira de sus gobiernos con las denuncias de corrupción. Ganadora del Nobel Alternativo de Literatura de 2018 (el año que la Academia sueca no lo entregó por problemas derivados de la acusación de filtraciones de las votaciones y abusos sexuales de algunos de sus miembros), acaba de recibir también el Prix Cino del Duca, que en el ámbito de las Letras han ganado con anterioridad Modiano, Vargas Llosa, Kundera, Kadaré, Borges, Anouilh, Jünger y Carpentier. La autora guadalupeña, cuya salud es muy delicada, responde a las preguntas de esta entrevista dictando las respuestas a una ayudante. Es lo que ha hecho con su última novela porque su vista se ha deteriorado tanto que ya no le permite escribir. «El final de mi carrera literaria coincide con el final de mi vida», asegura en lo que es un muy consciente anuncio de que no habrá más libros. Comenzó a escribir con más de 40 años, cuando se creyó preparada para ello, y lo deja cuando se ve imposibilitada de seguir.

– «Me veo al final del camino», dijo hace no mucho en una entrevista. ¿Qué balance hace de su carrera literaria? ¿Se siente satisfecha?

– Con eso quise decir que he hecho todo lo que he podido con mis libros. Les cedo el sitio a los jóvenes, que vienen pisando fuerte. Este año cumplo 87 y estará usted de acuerdo en que, a esta edad, ya toca descansar y no quedan combates por librar. Me refería al final de mi vida, que está cerca. Lo digo sin amargura y, desde luego, sin considerar que mi obra sea perfecta ni que contenga ningún modelo a seguir.

– ¿La literatura es más importante que la vida? ¿Ha cambiado alguna vez vida por literatura?

– Para un escritor, la literatura es la vida. He logrado terminar mi ultimo libro dictándoselo a una amiga, pues la vista ya no me alcanza para escribir sin ayuda. Como acabo de decirle, el final de mi carrera literaria coincide con el final de mi vida. El cuerpo no siempre aguanta tanto como el espíritu.

– Si en el fondo toda ficción tiene mucho de autobiografía, ¿hasta qué punto un novelista no construye su obra para justificarse ante el mundo?

– Está claro que, en cualquier novela, hay mucho de autobiografía. El autor se imagina a sí mismo en todas las situaciones que nos da a ver. Recuerde, en ese sentido, aquella cita tan hermosa de Aragón: «Escribir es mentir diciendo la verdad».

Realidad compleja

– ¿Reconoce en su obra elementos de la narrativa oral?

– No siento la necesidad de tomar notas de lo que escucho para escribir. El tono de mis textos plantea una libertad que, en efecto, puede relacionarse con la oralidad.

– Y eso se relaciona con su origen.

– Claro. No olvidemos que provengo del archipiélago caribeño de Guadalupe, donde la palabra hablada constituye una realidad particularmente fuerte y compleja. Allí los escritores se enfrentan constantemente al cuentacuentos, que es un personaje cotidiano y cercano al pueblo.

– Ha explicado que le agradó que le dieran el Nobel Alternativo de Literatura en 2018 y ahora acaba de recibir el Cino del Duca. ¿Qué significan los premios a estas alturas de su carrera?

– Sobre todo, los autores deben guiarse por su propio criterio y su opinión personal acerca de sus obras. Esto les permite soportar la incomprensión y las fabulaciones. Pero debo reconocer que resulta agradable que a una la reconozcan con este tipo de premios. Me alegra haber obtenido el Nobel Alternativo y el Prix Cino del Duca. Me alegro por mí misma y por mi familia, pero sobre todo por mi pequeño país

– ¿Por qué por su país?

– Porque le doy voz y por fin es escuchado. No olvidemos que Guadalupe hoy es un departamento francés de ultramar, algo que le resta autonomía desde un punto de vista tanto político como cultural.

—César Coca, El Correo.