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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Relato de la muerte de un hijo antes de nacer – ABC Cultural- «Tienes que mirar», de Anna Starobinets

Una mujer embarazada, desnuda de cintura para abajo, espera temerosa en la camilla el diagnóstico de un eminente doctor. El médico, sin pedirle permiso, ha invitado a entrar a quince estudiantes y es a ellos, y no a la mujer, a quienes se dirige para confirmar la terrible noticia: «El tamaño de los riñones es cinco veces mayor de lo normal… Vejiga hipoplásica… Miren, qué interesante… Por ahora, la cantidad de líquido amniótico es normal, pero pronto será insuficiente. Con esta clase de malformaciones, los niños no sobreviven».

La mujer, protagonista y autora de este libro, se entera así de que su bebé no tiene posibilidades de vivir. Sin que nadie la mire a los ojos, sin que nadie le hable ni le ofrezca una palabra de consuelo. En medio de la frialdad más absoluta. En la tragedia que vivió Anna Starobinets (Moscú, 1978) queda expuesto lo deshumanizado del sistema sanitario ruso, que, inflexible en sus procedimientos, le hizo pasar un auténtico calvario añadido al dolor de la pérdida de su hijo. Durante todo el proceso, no encontró a nadie que entendiera por lo que estaba pasando: era sólo una paciente más que tenía que pasar por un circuito ya establecido, sola –no permitían que su marido la acompañara a las consultas o a la clínica donde se interrumpiría su embarazo, donde debería quedar ingresada dos semanas en la más completa soledad– y sin ninguna ayuda. Sin comprensión ni compasión.

Starobinets y su marido viajaron a Alemania, donde encontraron la humanidad y la ayuda psicológica que no habían recibido hasta entonces. Allí supieron que si el feto sobrevivía a la gestación completa, sólo viviría unas horas de mucho sufrimiento para el bebé y decidieron interrumpir el embarazo induciendo el parto en la semana 20. El título alude a otro de los pasajes de gran dureza: Starobinets no se siente capaz de despedirse de su hijo, nacido muerto, y la psicóloga que la acompaña en el proceso le insiste en que debe verlo para poder hacer el duelo

SU PUBLICACIÓN LEVANTÓ AMPOLLAS Y PROVOCÓ CAMBIOS EN EL SISTEMA SANITARIO RUSO

Cuento de terror «Una cosa es inventar historias de miedo y otra muy distinta es convertirse en la protagonista de un cuento de terror», dice la autora al abrir el libro. Starobinets está acostumbrada a crear atmósferas inquietantes y perturbadoras en sus novelas, pero nunca había relatado nada que diera más miedo que esta historia, su propia historia. En Tienes que mirar, la autora indaga en el dolor que produce la muerte de un hijo antes de nacer. Pero no sólo eso: este duelo, narrado de una forma contenida y elegante, nada melodramático y que cuenta incluso con toques de humor negro que lo aligeran, es sólo una parte de este libro sereno y conmovedor que en realidad habla «de la humanidad y de la falta de humanidad en general».

Se dice que los libros cambian el mundo, aunque puede sonar pretencioso. Tienes que mirar lo cambió de verdad: su publicación levantó ampollas –menciona a los médicos que la trataron con sus nombres reales– y provocó cambios en el sistema sanitario ruso, que puso en marcha formación para que los médicos fueran más empáticos y cercanos. Starobinets logró que su dolor sirviera para algo. La belleza de su historia logra que su dolor sea el nuestro.

—Eva Cosculluela, ABC Cultural.