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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Jon Bilbao: «Pagar facturas a fin de mes, por rutinario que nos parezca, entraña algo de épica» – Noticias de Navarra – «Basilisco», de Jon Bilbao

Jon Bilbao (Ribadesella, 1972) transita entre géneros con Basilisco, una novela que mezcla lo clásico con la cultura popular y enfrenta el ‘western’ con la realidad

¿Qué supone este galardón de las librerías navarras?

–Siempre es estupendo un premio y ya si son los libreros, mejor. Dificilmente vamos a encontrar gremio que mejor conozca el material, así que estoy muy contento.

Presentan Basilisco como una novela que viaja al western, ¿qué le atraía de este género?

–El género del Oeste siempre me ha gustado mucho desde que era niño y en este caso el western se utiliza como una alegoría para hablar de los problemas actuales. El libro se compone de una serie de relatos alternos y unos se desarrollan en el presente, con un hombre de mediana edad con los problemas típicos de esa edad, que se dedica a escribir relatos del oeste. En esos relatos, protagonizados por un personaje también masculino pero que encarna lo más genuino del far west –un hombre solitario, fuerte, muy resolutivo…– lo que vemos es un volcado de los anhelos, miedos y frustraciones de ese hombre actual. Es una especie de comparativa de masculinidades.

¿Y cómo es esa comparativa?

–Sirve para relativizar las cosas. Quizá esa masculinidad que nos vendría del Oeste, al cabo de este libro podemos verla como que no era real, sino que en buena medida eran personas con sus debilidades y flaquezas a montones. Al mismo tiempo, la masculinidad de hoy en día a veces se puede sentir dolida porque las circunstancias del entorno no le permiten desarrollarse en su plenitud y tampoco tiene tantos motivos de queja. A lo mejor lo de levantarnos cada mañana, llevar a los niños al colegio y pagar las facturas a fin de mes, pese a lo rutinario y anodino que nos parezca, entraña algo que podemos calificar de épica.

Este es un libro fronterizo, ya que también hay cierto diálogo de ficción y realidad. ¿La ficción es una buena herramienta para entendernos con la realidad?

–Sin duda. La escritura, tal y como yo la entiendo, tiene que tener un vínculo personal con el autor, porque si no es algo carente de vida. Tú tienes que insuflar el espíritu traspasándole algo de ti. Al hacer eso y plasmarlo sobre el papel y articularlo de manera que otras personas lo puedan comprender y disfrutar, acabas conociendote un poco mejor. O eso nos gusta pensar. Como lectores, al leer nos sentimos más acompañados al ver esas debilidades y anhelos plasmados en papel y que en ocasiones compartimos.

En ese sentido, ¿Basilisco recoge una búsqueda interior?

–Sí, sobre todo por parte del protagonista que vive en el presente. Ha llegado a un momento de su vida con niños, casado pero con una relación que no carbura, que quizá todo tendría que estar perfectamente asentado… Y se ve obligado a replantearse cosas. Lo que él quería, lo que ha conseguido, lo que puede conseguir… Basilisco también es un libro fronterizo, sobre una persona que está en un momento bisagra de su vida.

La novela se titula con el sobrenombre de uno de sus protagonistas, John Dunbar Basilisco. ¿Qué papel juega el simbolismo y la mitología?

–Simbología hay bastante, pero he intentado que no suponga una barrera para los lectores. Quizá el más evidente son las cuevas. Aparecen varias en el libro y los personajes se introducen en cuevas, profundizan, las agrandan porque excavan… Y en realidad las cuevas son los propios personajes, que están buscando dentro de sí mismos tratando de conocerse mejor, a riesgo de adentrarse en lo oscuro, pero siguen excavando con la esperanza de encontrarse con algo que merezca la pena.

El libro reúne ocho capítulos autoconclusivos, que alternan presente con pasado. ¿Cómo fue encajando las piezas del puzle?

–Podríamos resumirlo diciendo que empecé escribiendo un libro de relatos que acabó siendo una novela. Por disponibilidad de tiempo, tenía que afrontar una escritura bastante interrumpida, pero quería que los relatos tuvieran continuidad y de ahí que todo se fuera hilando hasta adoptar una forma próxima a la novela.

Fusionemos artes, ¿cuál sería la banda sonora de Basilisco?

–Me encantaría que fuera la misma banda sonora que uno de mis westerns favoritos, que es la de Pat Garrett y Billy The Kid , que la compuso Bob Dylan.

¿Qué supone este galardón de las librerías navarras?

–Siempre es estupendo un premio y ya si son los libreros, mejor. Dificilmente vamos a encontrar gremio que mejor conozca el material, así que estoy muy contento.

Presentan Basilisco como una novela que viaja al western, ¿qué le atraía de este género?

–El género del Oeste siempre me ha gustado mucho desde que era niño y en este caso el western se utiliza como una alegoría para hablar de los problemas actuales. El libro se compone de una serie de relatos alternos y unos se desarrollan en el presente, con un hombre de mediana edad con los problemas típicos de esa edad, que se dedica a escribir relatos del oeste. En esos relatos, protagonizados por un personaje también masculino pero que encarna lo más genuino del far west –un hombre solitario, fuerte, muy resolutivo…– lo que vemos es un volcado de los anhelos, miedos y frustraciones de ese hombre actual. Es una especie de comparativa de masculinidades.

¿Y cómo es esa comparativa?

–Sirve para relativizar las cosas. Quizá esa masculinidad que nos vendría del Oeste, al cabo de este libro podemos verla como que no era real, sino que en buena medida eran personas con sus debilidades y flaquezas a montones. Al mismo tiempo, la masculinidad de hoy en día a veces se puede sentir dolida porque las circunstancias del entorno no le permiten desarrollarse en su plenitud y tampoco tiene tantos motivos de queja. A lo mejor lo de levantarnos cada mañana, llevar a los niños al colegio y pagar las facturas a fin de mes, pese a lo rutinario y anodino que nos parezca, entraña algo que podemos calificar de épica.

Este es un libro fronterizo, ya que también hay cierto diálogo de ficción y realidad. ¿La ficción es una buena herramienta para entendernos con la realidad?

–Sin duda. La escritura, tal y como yo la entiendo, tiene que tener un vínculo personal con el autor, porque si no es algo carente de vida. Tú tienes que insuflar el espíritu traspasándole algo de ti. Al hacer eso y plasmarlo sobre el papel y articularlo de manera que otras personas lo puedan comprender y disfrutar, acabas conociendote un poco mejor. O eso nos gusta pensar. Como lectores, al leer nos sentimos más acompañados al ver esas debilidades y anhelos plasmados en papel y que en ocasiones compartimos.

En ese sentido, ¿Basilisco recoge una búsqueda interior?

–Sí, sobre todo por parte del protagonista que vive en el presente. Ha llegado a un momento de su vida con niños, casado pero con una relación que no carbura, que quizá todo tendría que estar perfectamente asentado… Y se ve obligado a replantearse cosas. Lo que él quería, lo que ha conseguido, lo que puede conseguir… Basilisco también es un libro fronterizo, sobre una persona que está en un momento bisagra de su vida.

La novela se titula con el sobrenombre de uno de sus protagonistas, John Dunbar Basilisco. ¿Qué papel juega el simbolismo y la mitología?

–Simbología hay bastante, pero he intentado que no suponga una barrera para los lectores. Quizá el más evidente son las cuevas. Aparecen varias en el libro y los personajes se introducen en cuevas, profundizan, las agrandan porque excavan… Y en realidad las cuevas son los propios personajes, que están buscando dentro de sí mismos tratando de conocerse mejor, a riesgo de adentrarse en lo oscuro, pero siguen excavando con la esperanza de encontrarse con algo que merezca la pena.

El libro reúne ocho capítulos autoconclusivos, que alternan presente con pasado. ¿Cómo fue encajando las piezas del puzle?

–Podríamos resumirlo diciendo que empecé escribiendo un libro de relatos que acabó siendo una novela. Por disponibilidad de tiempo, tenía que afrontar una escritura bastante interrumpida, pero quería que los relatos tuvieran continuidad y de ahí que todo se fuera hilando hasta adoptar una forma próxima a la novela.

Fusionemos artes, ¿cuál sería la banda sonora de Basilisco?

–Me encantaría que fuera la misma banda sonora que uno de mis westerns favoritos, que es la de Pat Garrett y Billy The Kid , que la compuso Bob Dylan.

—Ana Jiménez Guerra/Iban Aguinaga, Noticias de Navarra.