No sé si a vosotros os pasará como a mí, y es que cuando me preguntan cuáles son los géneros literarios que más me gustan, nunca sé que responder. No tengo una predisposición clara sobre ninguno en concreto. De lo que sí estoy segura es lo que busco con la experiencia lectora. Para mí es fundamental que consiga llevarme al abismo, que me coloque en el borde del precipicio, que me despierte sensaciones extremas.
Y de esta manera fue como descubrí la novela gótica. Recuerdo que la primera vez que la leí tenía 15 años y nunca había leído nada parecido. Me atrajo como un imán que me tuvo pegada a sus páginas desde el principio hasta el fin. El erotismo sugerente, la exploración del bien y del mal así como los aspectos sobrenaturales volvieron mi mundo del revés.
Con el paso de los años he leído más novela negra policíaca pura, ya que después de leerme muchos de los clásicos de la novela gótica no conseguía encontrar nada nuevo que me embaucase de la misma forma. Por eso, cuando supe que Armin Öhri había escrito una novela de corte gótico, me animé a volver a los pálidos brazos de este maravilloso género.
Así pues, he vuelto con renovada ilusión al género de la mano de este autor. Segunda novela que publica con la editorial Impedimenta, la primera de ellas: La musa oscura, le permitió conseguir el merecido premio European Union Prize for Literature en 2014. También ha publicado cuentos y novelas con distintas editoriales, entre ellas la conocida editorial alemana Gmeiner.
La novela arranca con una sesión de espiritismo en un castillo de la vieja Prusia del siglo XIX. A esta sesión acuden trece personas y termina con un fatídico final, cobrándose la vida de uno de los asistentes. Nuestro protagonista y su mejor amigo, incapaces de dotarle a los hechos unas cualidades divinas, harán todo lo posible para desentrañar los misterios del caso.
Haciendo gala de la jocosidad que le caracteriza, Albretch Krosick (mejor amigo de Julius; nuestro protagonista), fundará el Gabinete de los Ocultistas, con trece miembros, intentando demostrar que como buenos hombres ilustrados están por encima de todos aquellos prejuicios relacionados con lo místico. Sin embargo, seremos espectadores de una serie de muertes que a priori parecen inexplicables y que se sucederán a lo largo de la novela. Pero el Gabinete de los Ocultistas no será lo único condenado en esta obra, el romance que vivirán dos de los personajes también se presenta rodeado de misterio e incertidumbre.
El autor es capaz de introducirte en un clima oscuro y lo consigue a través de unas descripciones que contienen castillos, criptas, catacumbas e instrumentos de tortura.
Todo el libro inhala y exhala aliento de ultratumba que recuerda inevitablemente a clásicos como Drácula u obras de la antigua Inglaterra victoriana como los cuentos de Edgar Allan Poe.
Disfruto enormemente de los pasajes que el autor describe con detalle y en muchas ocasiones con cierto sadismo, regalándonos descripciones gráficas. En algunos puntos la novela es física y podemos disfrutar de heridas, sangre y vísceras producidas objetos afilados y punzantes dejándonos una estampa maravillosamente tétrica.
Creo que no es nada fácil hacer lo que ha hecho este autor, escribir un thriller sin caer en los tópicos de siempre. De hecho ha sido como encontrar un pequeño tesoro, un libro nuevo que bien podría pasar por un clásico de la novela gótica. A pesar de estar escrita con una gran exquisitez no es una lectura pesada, está escrita con agilidad lo que hace que se lea cómodamente.
Estamos ante un kriminalroman, un género que para mí era totalmente desconocido. Se trata de novela criminal de origen alemán. La literatura negra escandinava durante la última década ha gozado de una gran expansión de la mano de Stieg Larsson o Henning Mankell, pero este género germano no tiene nada que envidiarle. Öhri es capaz de construir una novela sugestiva con carácter tradicional envolviéndonos en una atmósfera lóbrega a través de una escritura que parece salida del mismo siglo XIX.
Además es una novela documentada, con unos personajes históricos los cuales existieron muchos de ellos en realidad, de esta forma el autor mezcla ficción y realismo con maestría.
No te la puedes perder si buscas leer una novela gótica canónica y si como a mí te gusta la novela negrísima con personalidad. Una prosa narrada a fuego lento, capaz de mantener despiertos a los más narcolépticos.
—Alicia Palmero, Libros y Literatura