Personaje convertido en legendario, más allá incluso de su propia literatura, William Gerhardie vivió todas las turbulencias de las primeras décadas del siglo XX, cosa que filtró en su obra con no poca genialidad y sentido del humor, entre británico y ruso. Una vena, la comicidad rusa, desde Gógol a Bulgàkov, muy presente en sus libros, por no hablar de la permanente ironía propia de su adorado Chéjov.
Nacido en 1895 en San Petersburgo, en el seno de una familia inglesa, cosmopolita y, sobre todo, políglota, que viajaba de una lengua a otra, Gerhardie fue educado en Rusia para más tarde continuar sus estudios en Oxford. Al acercarse la Revolución, su padre, un rico industrial de origen belga, se vio obligado a abandonar la comunidad inglesa de San Petersburgo y trasladarse con su familia a Londres en 1913.
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