Inquietante. Así es el nuevo libro de Jon Bilbao, eximio cuentista que ahora, en el tramo corto del formato nouvelle, ofrece una historia que, detrás de lo que se narra, termina desvelando otra historia, una trama de notable factura en la que, una vez que se ha entrado en ella, parece imposible salir. Todo gira alrededor de Jon y Katharina, una pareja que pasa el invierno, un poco aburridos, en la costa cantábrica, en la vieja casa familiar de Jon. Solos, lejos de todo, sin nada que los divierta, de pronto los días les cambian cuando llega Markel, un primo lejano de Jon, en compañía de Virginia, una suerte de asistente. Las horas, en medio del desánimo y la desidia, se vuelven confusas, porque la realidad parece haber cambiado y nada es, en el fondo, lo que parece ser. Nadie es, en este juego de espejos, quien dice ser.
—Lo mejor: Esa tensión narrativa que lleva la novela hacia un estado en donde todo puede desvelarse.
—Lo peor: Nada reprochable, es impecable, atrapa por lo que cuenta y por lo que está debajo del texto.
—D. Gándara, La Razón