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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Proyecto Psilocibina: ácido y subversión – «Una libertad luminosa», de T. C. Boyle – Zenda


T.C. Boyle se adentra en la historia más extrema y oscura de los años 60 en Estados Unidos. Lo hace en la novela Una libertad luminosa, que supone el testimonio ficcionado de la experimentación con las drogas que imperó en la década.

La novela, estructurada en dos apartados cronológicos (los años 40, en Basilea, cuando el doctor Hoffman estudia y experimenta en primera persona y por primera vez con el ácido lisérgico, y la década de los 60, en Harvard, cuando el profesor Timothy Leary comienza a experimentar a gran escala con las drogas psicodélicas), es un recorrido emocional y moral por la adicción al LSD, un viaje sin retorno al envés de los impulsos de consumo de un grupo de profesores universitarios.

«La novela de Boyle conducirá al lector a un universo desenfrenado y libre de censura»

Una libertad luminosa se detiene de manera más profusa en la década de los 60, cuando Timothy y varios acólitos, seguidores y alumnos se aproximan sin reparo, y con la excusa del progreso científico, al LSD. El llamado Proyecto Psilocibina los llevará a formar una comuna de doce adultos y ocho niños que arranca su actividad en México (de donde son expulsados) y concluye en una mansión victoriana de 64 habitaciones en Nueva York.

Todo el procedimiento experimental se verá teñido en los primeros años de la década por las denuncias del claustro de profesores de la Universidad y por la intervención de la policía federal de México ya a mediados de los sesenta.

«Boyle se apresura a marcarnos el tono provocador y despreocupado de la época y no propone una lectura crítica que transita entre la incredulidad y la decepción»

La novela de Boyle, traducida al castellano por Jon Bilbao, conducirá al lector a un universo desenfrenado y libre de censura, a una comuna hippie donde la libertad tendrá sus más graves y oscuras consecuencias.

Con una prosa endiabladamente cínica, Boyle se apresura a marcarnos el tono provocador y despreocupado de la época y no propone una lectura crítica que transita entre la incredulidad y la decepción por el cúmulo de excesos y la empatía por las dudas morales que, en no pocas ocasiones, frenan los actos subversivos de los participantes de la comuna de Leary.

El Proyecto Psilocibina acarreará consecuencias escalofriantes para todos los miembros del grupo que, sin embargo, no extrañarán al lector, que lleva desde la primera página subido a una noria convulsa y desenfrenada.

—Raquel Jiménez, Zenda