En el primero, que da título a la obra, narra las vicisitudes de Colin Smith, un joven de un barrio obrero de Nottingham que tras robar en una panadería es encerrado en un reformatorio.
El episodio central destaca por las cualidades de atleta de Colin y su afición a correr, motivo por el que es seleccionado para representar a su centro en una prestigiosa carrera, con cuyo triunfo el director espera hacer méritos. Pero, Colin, orgulloso y rebelde, prefiere renunciar al éxito deportivo para obtener una satisfacción interior más importante: conservar la dignidad siendo fiel a sí mismo.

Un tenso relato, duro, hermoso, emocionante, en el que el escritor británico vuelca el enfado con una sociedad que se asienta sobre unos principios falsos y unas leyes hipócritas. A principios de los sesenta, Tony Richardson dirigió una película, muy recomendable también, con el mismo título.

Los demás relatos no le van a la zaga. Es especialmente emocionante el último, Declive y ocaso de Frankie Buller, una pequeña joya; un texto nostálgico en el que Sillitoe hace un viaje desde la infancia a la madurez de unos personajes que experimentan en carne propia cómo la realidad impone sus férreas leyes, a veces sin conceder una sola oportunidad.

En esta edición de Impedimenta, hay que destacar la traducción de Mercedes Cebrián y la esclarecedora introducción de Kiko Amat, una invitación a leer estos relatos, algunos de los cuales bien pudieran ser el emblema de la juventud airada de nuestro tiempo, de los millones de jóvenes desempleados de la Europa actual. Es un libro que merece una nueva lectura por parte de los lectores adultos y, además, figurar en la lista de lecturas recomendadas a los alumnos de Secundaria y Bachillerato. A partir de catorce años.