Heredera de la literatura fantástica de Tolkien, C.S. Lewis o George R.R. Martin (herederos a su vez de las grandes sagas del norte) y la tradición bíblica, la novela gráfica de Greenberg se acerca a lo coral, con personajes de toda la geografía de la Tierra Temprana, mundo cuya cosmología se explica en los anexos del volumen.
Si hay algo que cabe destacar de esta novela gráfica es el personal sentido del humor, ingenuo e inteligente, infantil y maduro, de Isabel Greenberg. De esta peculiar antítesis nace algo que solo puede calificarse con el término anglosajón “cute”.
Al leer LEDLTT uno se da cuenta de que el argumento, el espacio, la técnica, el estilo, la composición, el color… todo obedece a la autoconciencia de Isabel Greenberg; a su conciencia como autora con un estilo ya definido. A una conciencia acerca de su propio trabajo. En definitiva:
Si algo hay que reprocharle es el desenlace algo brusco de su historia, pero este es un aspecto que muy probablemente satisfaga a otros lectores de LEDLTT.
Otro aspecto del que debería hablar, a riesgo de resultar demasiado metafísico e indagador (lo que se conoce vulgarmente como “buscarle tres patas al gato”), es el de la presentación del aspecto religioso a través del humor. Es difícil no percibir, rebajada con algo de afabilidad infantil, una critica a los principales mitos de las religiones occidentales, parodiando el concepto del Dios vengativo y caprichoso del Antiguo Testamento en la figura de Hombre-Pájaro, reformulando en clave de humor el Génesis judeocristiano.
En definitiva, si quieren leer algo extrañamente familiar y original a la vez, lean LEDLTT.
Por José Manuel Romero Santos