La obra nos lleva a seguir los pasos de un joven norteño, el narrador de historias de su clan, que emprende un viaje por tierras inhóspitas que nadie de su cultura conoce para buscarse a sí mismo, o al menos una parte de él que le falta.
Greenberg imagina unas Tierras Tempranas situadas en algún lugar del pasado ignoto e inmemorial de nuestro planeta, cuando en ella habitaban seres humanos cuyas civilizaciones dejaron un poso en las narraciones míticas que hoy conocemos (y no a la inversa, como podría parecer). De hecho, es admirable cómo la autora juega con esos materiales míticos para darles una vuelta de tuerca y adaptarlos a su relato. Greenberg toma prestados fragmentos no sólo del Antiguo Testamento.. (Caín y Abel, la torre de Babel, etc); sino también· relatos de otras culturas sobre el origen del mundo o de epopeyas como la Odisea. El acervo popular es usado magistralmente para crear algo nuevo y sorprendente, pero a la vez lleno de vida de las antiguas narraciones.
El estilo de Greenberg es Muy sencillo, puede parecer incluso naif cuando el lector empieza el relato, pero a medida que avanza la obra nos damos cuenta de que un estilo así, primitivo y básico, se convierte en el mejor vehículo para su narración teogónica. La autora combina muy bien el blanco y negro con los otros tonos que usa muy cuidadosamente en cada capítulo de forma temática (rojos, azules o grises, dependiendo de la ambientación). La Enciclopedia de la Tierra Temprana tiene reminiscencias a Ovidio, a Borges, a David B. (Epiléptico). 2014 nos sorprendió con varios debuts muy potentes: esta obra es uno de ellos. Greenberg ha realizado una obra extraordinaria que puede figurar fácilmente entre las mejores de 2014, y prueba que es merecedora de los premios que ha ganado (como la mejor novela gráfica del año para British Books Design Awards y The Observer).
Por Josep Oliver