Los surrealistas estaban fascinados por los folletines. Y medio mundo sigue fascinado por los surrealistas. Ambos forman una combinación muy entretenida en toda su gloria pulp. ¿Y qué mejor medio que la historieta para sacarle partido a los excesos visuales de ambas corrientes?
A eso se dedica David B. (uno de los autores más importantes del cómic francés de las últimas décadas) en este Nick Carter y André Bretón. Una pesquisa surrealista. Carter, aguerrido detective creado en 1886 por el estadounidense J. R. Coryell y luego llevado por muchos autores a muchos medios diferentes, fue un personaje tan querido por los surrealistas como sus colegas folletinescos Fantômas o Judex. Y en esta historia se dedica a investigar por cuenta de Bretón quién ha robado el sueño surrealista, «el oro del tiempo».
En realidad, a estas alturas, las ideas del surrealismo son lo de menos y sus sueños son lo de más. Así que Carter nunca llega a ninguna conclusión en su pesquisa ni señala culpables (todos lo son, empezando por el propio Breton), pero va «forzando las puertas de Lo Maravilloso» a lo largo de 50 estampas que tienen algo de baraja de tarot: simbólica, abigarrada y controlada- mente descontrolada, como suele ser- lo el dibujo de David B., en su blanco y negro habitual. Por ella pasean pintores, poetas, locos, amantes y una entretenidísima galería de villanos folletinescos, despreciables, temibles y ridículos a la vez: Los Apuñaladores, La Banda de los Trece, el Doctor Quartz, El Durmiente, Milbrazos, El Gran Enano, Salvador Dalí…
—Manuel Muñiz, ABC Cultural