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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

El ruido y la furia según Anne Hébert – «Los alcatraces», de Anne Hébert – ABC Cultural

Los alcatraces, de la escritora canadiense Anne Hébert, es una obra mítica de un raro encantamiento, a ratos tenebroso

Lectura perturbadora, y a la vez envuelta sin cesar en una hipnotizante y bellísima poesía, la espléndida novela Los alcatraces de la canadiense en lengua francesa Anne Hébert, llevada al cine en su día y galardonada con el Premio Femina 1982, es una obra mítica de esa literatura, de un extraño y raro encantamiento. Un inquietante, amenazante, a ratos tenebroso encantamiento, mantenido en un solo tono monocorde, casi de ensueño, desde la primera página, aunque sean diversas las voces. Un relato que viaja, de forma fragmentaria, del presente al pasado, y viceversa.

Ambientada en nuestros días, la historia narrada adquiere sin cesar la apariencia de los cuentos y fábulas populares que se transmiten a lo largo de generaciones en lugares temerosos, cerrados sobre sí mismos. Ese es el caso de un pequeño pueblo costero imaginario del Québec, Griffin Creek, en el que un suceso trágico pone al desnudo la maldad más radical, sin aparente razón, al mismo tiempo que se ceba cruelmente, como los ogros de antaño, en la fragilidad de víctimas inocentes que, de tanto en tanto, un oscuro designio las ofrece en sacrificio.

‘Los alcatraces’ . Anne Hébert. Impedimenta, 2021. 241 páginas. 22,50 euros
Los alcatraces, Anne Hébert. Impedimenta, 2021. 241 páginas. 22,50 euros

Cinematográfico

Poeta en sus inicios, narradora y también dramaturga, la escritora Anne Hébert que viviría toda su vida a caballo entre París y su Québec natal, autora de otras célebres obras como ‘Kamouraska’ (1970), llevada igualmente al cine, nunca dejaría de tener unos lazos sumamente estrechos con la poesía de sus comienzos, dotando a su prosa de imágenes subyugantes, de una gran riqueza. Un deslumbrante trabajo con el lenguaje que la llevaría a ser en una de las más grandes autoras en lengua francesa de la segunda mitad del pasado siglo.

Novela coral en torno a la desaparición en los últimos días del verano de 1936 de dos adolescentes de un pueblo marítimo sacudido por la furia de los vientos y de un mar que devora seres y objetos de toda clase sin piedad, la prosa de Hébert fascina al lector desde las primeras páginas.Es una de las más grandes autoras en lengua francesa de la segunda mitad del pasado siglo

Junto a los cinco narradores de la tragedia, la presencia envolvente de los elementos naturales, los gritos de los pájaros al borde del mar, la amenaza de negras y violentas tempestades, las señales y secretos que todos comparten y se llevarán a la tumba sin una palabra, se unen de forma inextricable. Una furia de los sentimientos y un poder de una naturaleza misteriosa e indoblegable que trae a la memoria las novelas de las hermanas Brontë, pero sobre todo a Faulkner.

Cuatro familias

En Griffin Creek, un salvaje y bello paraje a orillas del mar, ahora en la decadencia más total, se instalaron cuatro familias dos siglos atrás, huyendo de la revolución americana. Sus descendientes, en 1983, treinta años después de la desgracia que sacudió a la comunidad, son todos primos. Así sucede con las jóvenes y bellas adolescentes desaparecidas, Nora Atkins y Olivia Atkins, deseadas por todos. No es casual que Hébert situara su obra simbólicamente en 1936. Con solo tres años de anticipación la oscura historia de un probable crimen sin resolver vendrá a encarnar la crueldad y el salvajismo de una guerra mundial que no tardaría en llegar.

—Mercedes Monmany, ABC Cultural