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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

El primer caso de Gervase Fen

‘El misterio de la mosca dorada’ es el primer caso del profesor de literatura y detective aficionado Gervase Fen. Un personaje al que resulta imposible resistirse, uno de esos tipos humanos creados por un escritor en estado de gracia para hacer gozar al lector.

Y eso que Fen es excéntrico y poco cuidadoso con las formas, por no decir abiertamente desconsiderado en numerosas ocasiones. Pero Gervase Fen es un hombre inteligente, un verdadero intelectual que vive y trabaja en Oxford, la ciudad en la que sucede la trama de esta novela y otras protagonizadas por el sabueso.

Una compañía de teatro de repertorio va a representar la última obra de Robert Warner. Entre ellos, se encuentra la insoportable Yseut Haskell. Ninguno de sus compañeros de tablas sienten el más mínimo aprecio por ella. Salvo el organista del college Donald Fellowes, al que Yseut maneja a su antojo (como suele hacer con los hombres). En una semana toda la compañía deberá estar lista para el estreno. Gervase Fen también asistirá al evento, sin embargo la representación ya no contará con la presencia de Yseut, ya que esta ha aparecido muerta con un tiro en la frente. ¿Asesinato o suicidio?

El jefe de la policía de Oxford (un viejo conocido de Fen) y el inspector encargado del caso se ponen manos a la obra para esclarecer la muerte de la actriz, a pesar de que el obtuso inspector se decante por el suicidio. Fen, sin embargo, tiene claro que que Yseut no se ha quitado la vida. Dos investigaciones se inician en paralelo.

El lector, al igual que el periodista Nigel (otro de los personajes) ocupa la posición de espectador, tanto de los hechos como de las deducciones que el detective va desgranando a lo largo de la novela. Un Fen que, para desespero de todos, afirma tener claro quién ha cometido el crimen. Y eso que la investigación policial no ha hecho más que empezar. También como Nigel, el lector se devana los sesos para llegar por sí solo a la solución del misterio. Todos los miembros de la compañía son interrogados, todos parecen ocultar algo: verdades a medias, intereses personales y profesionales, coartadas difíciles de cotejar… Las tensiones son evidentes y el clima parece propicio para una nueva tragedia…

‘El misterio de la mosca dorada’ cuenta con bastantes elementos que hacen el texto atractivo: el propio Gervase Fen, el ambiente cultural e intelectual del Oxford de los años cuarenta, la diversidad de tipos humanos y el juego que dan estos. Al igual que ‘En el canto del cisne’(tres años posterior) encontramos elementos comunes para construir el relato: una actriz/un tenor asesinado, una compañía que va a representar una ópera o una obra de teatro y, por supuesto, un inspector del caso que es el contrapunto perfecto de Fen: resignado y corto de miras.

El postfacio nos descubre bajo el seudónimo de Edmund Crispin a un autor, Bruce Montgomery (1921-1978), que era un verdadero erudito. Un intelectual con un conocimiento enciclopédico que en sus novelas va diseminando, en parte porque no puede evitarlo y en parte para enriquecer un género (el de la novela de detectives) que le parecía frívolo. Una manera de justificarse por lo que consideraba una debilidad intelectual. Shakespeare, Lewis Carroll, los clásicos latinos… Las referencias a la cultura (popular e intelectual) son numerosas, pero ello no nos impide disfrutar de una lectura de evasión. Desvelar todas esas referencias solo está al alcance de una verdadera élite intelectual. Aquella que sabría el porqué de la mosca dorada. El lector medio se conforma con que, aunque no sea el propio autor, se lo expliquen antes de cerrar el libro.

Más de trescientas páginas que se pasan volando, entre diálogos y situaciones hilarantes que bien puede protagonizar un loro en una taberna (sí, sí, han leído bien). Nos encantaría conocer a Fen, escuchar sus juicios despiadados sobre el arte y el mundo en general, lo divino y lo humano, asistir a ese juego deductivo, al discurrir de una mente lógica a la que no escapa nada. Un personaje que si viajáramos al Oxford de los años cuarenta quisiéramos encontrar.

Impedimenta recupera esta historia, a la que preceden en publicación ‘La juguetería errante’, ‘El canto del cisne’ y ‘Trabajos de amor ensangrentados’. Crispin publicó nueve novelas protagonizadas por este personaje. Afortunadamente hay Fen para rato.

Bienvenidos a la novela de detectives inglesa. Lean y disfruten.

Por Ana Doménech