Recuerdo la primera vez que fui al zoo como un día un poco decepcionante. Tenía un montón de libros sobre bosques y sabanas, me encantaban las jirafas y crecí viendo El rey león, así que tenía la expectación por las nubes. Sin embargo, al llegar allí los animales estaban lánguidos, escondidos de las miradas y sin ganas de contarme sus maravillosos viajes hasta la tórrida Casa de Campo.
Animalium, por el contrario, es un viaje lleno de colores fantásticos, un pase al museo del árbol de la vida. Al pasar cada página las autoras nos suben a una rama distinta de la evolución desde las que observar con lupa cada una de las criaturas terrícolas: desde las esponjas a los delfines, pasando por criaturas mágicas como peces guitarra, gecos, martinetes, pingüinos emperador, jervos o narvales.
Las detallistas ilustraciones se suceden según las diferentes evoluciones de cada especie, contando la historia de los seres vivos mediante capítulos llenos de detalles científicos. Los animales más conocidos conviven con otros sorprendentes y nos muestran a los visistantes del museo sus parentescos, los rasgos que permiten relacionarlos a pesar de las diferencias evidentes.
Animalium es un álbum perfecto para los niños aventureros, para los que se preguntan constantemente por los distintos animales. Cruzar la tundra, la selva amazónica o el desierto gracias a Animalium ha hecho que recuperemos en La Buena Vida la ilusión de volver a descubrir el mundo, sus maravillas y los insólitos habitantes que duermen bajo cualquier sombra del planeta.
Por Pilar Torres