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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

El guionista Fernando Navarro aborda su primera novela con una novedosa estructura en forma de relatos contados por niños

La trayectoria de Fernando Navarro (Granada, 1980) como guionista es rutilante. Además, Navarro es un incondicional de la música, en alguna ocasión ha dicho preferir ésta a la literatura. Y ahora se acaba de publicar ‘Malaventura’, que se presenta como su primera novela aunque conste de quince relatos entreverados todos ellos, hasta el punto de que hay narradores de algunos relatos que aparecen en otros como personajes que se mueven en segundos planos y, por ello, por ese intercambio de personajes, el autor no ve con malos ojos, antes bien, todo lo contrario, que se hable de esta narración como de una novela. Dotado de una escritura muy límpida, quizá por la exigencia de su oficio de presentar al director de cine su trabajo lo más claro posible, huyendo de cualquier atisbo de ambigüedad, es justo a ella a la que recurre en estas historias donde Navarro da rienda suelta a sus obsesiones y fantasmagorías, de tal modo que conozco pocas narraciones en nuestra producción actual donde se haya jugado con ese borrar los límites de manera tan rotunda y que haya tenido tan feliz resolución.

Los relatos, por ejemplo, se estructuran alrededor de una Andalucía legendaria, sin atisbo alguno de anclaje en una vocación realista, que al autor parece que le trae al pairo. De este modo, la Andalucía de los ‘spaghetti western’ almerienses son aquí más pertinentes que una descripción de los tugurios de una Andalucía real: aquí tiene más importancia Curro Jiménez que el barrio de los Pajaritos o las Tres mil Viviendas en Sevilla y hay que tener en cuenta que las historias contenidas en este libro son historias de delincuentes pero no intenten establecer una cronología ni siquiera aproximada: por lo que cuenta parece que la cosa se desarrolla entre el final del bandolerismo andaluz y el ocaso de los quinquis, que coincide con los últimos años del franquismo y cuyo personaje más simbólico en la época fue el Lute.

Además de esa amigüedad se cubre de pura fantasmagoría cuando el lector cae en la cuenta de que esta Andalucía posee rasgos propios del ‘western’ norteamericano pero visto del lado del ‘spaguetti western’ y que los personajes que pueblan estos relatos participan de la idea moral de películas como ‘El Bueno,el Feo y el Malo’ o ‘Centauros del desierto’ y que la música, por supuesto el flamenco, del que el autor es un apasionado, se desarrolla aquí como manto que arropa un paisaje y una cultura, tan definitorio como el ‘country’ para los estados americanos del Oeste. Hay, por tanto una épica, pero es una épica que se basa en historias de fantasmas, quizá porque las historias estén relatadas por niños. Libro de grandes aciertos, como la historia del pueblo anegado por un pantano. Una muy buena primera narración.

Juan Ángel Juristo, ABC Cultural, 14 de mayo de 2022