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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Enterrado por placer, de Edmund Crispìn – «Enterrado por placer», de Edmund Crispìn – Un libro al día

¿Influyen lecturas pasadas en lecturas futuras? Quiero decir, como una secuencia cuando se lee de forma frecuente. Porque justo acudo a este libro (cuya elección no puede obedecer más a la casualidad, una biblioteca móvil lo ofrece y lo tomo por el mero hecho de ser publicado por Impedimenta, sin conocer al autor) después de leer Aniquilación, esa sí, lectura consciente y por placer. 

Y resulta que me encuentro ante dos polos casi antepuestos: literatura rabiosamente actual y asida a todos los problemas y situaciones del mundo de hoy vs, (cómo definiría Enterrado por placer) novelita de misterio al uso con regusto a rancio desde los primeros párrafos.

No diré que haya que desdeñar por sistema los géneros anclados en otras épocas, no me definiría como anglofílo, pero tampoco anglofóbo,  más bien tengo ciertas reticencias ante las corrientes culturales que puedan emanar de una sociedad que, en su núcleo duro, siempre se ha manifestado como clasista y peculiar, qué mejor ejemplo que el Brexit, y esta novela es prácticamente un compendio de ciertos defectos, que se aúnan a un poderoso aroma a deja vu y que se combinan, por lo general, con un amontonamiento de tópicos que, me perdonarán los incondicionales del género, convierten el género detectivesco en algo ya añejo. Como un Cluedo literario. Quizás por puro escapismo, gusto de muchos lectores, pero, y me refiero de nuevo a mi lectura de Aniquilación (muy notable, por cierto) sin que sean capaces de aportar más que eso.

Gervase Fen es uno de esos detectives al uso, que, saturado de vida urbana, se desplaza a un pueblo de la campiña inglesa con la intención de presentar candidatura al Parlamento (a pesar de no vivir allí, claro guiño futurista al Macarena Olona style), pero, claro, pronto se producen hechos misteriosos allí y su naturaleza investigadora no puede omitirlos. Hay locos que se pasean desnudos, espíritus que mueven cosas, hombres y mujeres con oscuros pasados, etc. Se producen dos asesinatos y Fen tiene que dejar de lado su carrera política para tomar cartas en el asunto. La investigación de la policía es tosca e insuficiente y Fen se mostrará de gran ayuda, por supuesto. Carrusel de tópicos que incluyen referencias muy reprobables a los personajes femeninos – aquí las mujeres o son fascinantes bellezas o puros trozos de carne con patas – alardes de sapiencia y diálogos de escasa credibilidad, puro culto al personaje de Fen, trasunto de tantos y tantos (de Holmes a Montalbano) ejemplos de detectives de pura raza, cultos e intuitivos pero con algún resquicio para imperfecciones que los humanicen. En fin, que no sé que hago leyendo este subgénero tan caducado ahora, en 2022, donde sí, el estilo es bueno, sí, la ambientación tiene su mérito, todo lo que queráis, pero, como lector, me planteo qué sentido tienen – salvo corregir actos de censura o traducciones previas atroces – estas recuperaciones.

—Francesc Bon, Un libro al día, 31 de agosto de 2022