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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Reseña de Un hijo extranjero – «Un hijo extranjero», de Eduardo Berti – Letras en vena

‘Vine a Rumanía para tocar eso que jamás pude conocer. Para ver de cerca la raíz del silencio de mi padre’

Eduardo Berti es un conocido escritor y periodista argentino, autor de una serie de antologías, traducciones, novelas y cuentos, muchos de los cuales los ha llevado a recibir varios premios entre los que destacan el Premio Emecé en 2011 o el Premio las Américas en 2012.
Hijo de padre rumano que tuvo que emigrar a Buenos Aires justo antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial, será precisamente este hecho lo que le lleve de nuevo al panorama literario publicando ‘Un Hijo Extranjero’, un relato que indaga en la figura paterna, las huellas del pasado y las máscaras a través de las cuales nos ocultamos.
Pero no es posible hablar de ‘Un Hijo Extranjero’ sin hacer mención al libro que lo precede, publicado en 2016, ‘Un Padre Extranjero’. En él, y dentro de las varias historias protagonizadas por personajes dispares que esconden oscuros secretos, podemos destacar la historia autobiográfica de Berti, quien descubre a su desconocido padre diseñando su propia novela justamente en el mismo café en que él está escribiendo la suya.
Gracias a la publicación de este libro, Berti recibe un mail con una serie de fotocopias en las que aparecen varios de los documentos que su padre tuvo que presentar para poder entrar en Argentina y conseguir así la nacionalidad. En estos documentos se muestran su nombre real, su fecha de exilio y otra serie de datos totalmente desconocidos por Berti.

Uno de los datos más importantes es la dirección de la casa en la que su padre vivía en Rumanía, más concretamente en la ciudad de Galati, a orillas del Danubio. Gracias a ello, Berti emprende un viaje hacia las raíces más profundas de su padre, en búsqueda de datos para poder entender, aceptar y perdonar las vivencias de un padre con una vida nada fácil.

El libro nos muestra el transcurso que va teniendo el protagonista desde que llega a Rumanía hasta el final, su progreso, sus avances y la gente que se irá encontrando. A la par que se nos ofrece una vista de Galati muy particular, con una serie de fotografías dentro del libro para poder visualizar y acompañar a Berti en este viaje tan íntimo y personal.

Con todo esto, la historia da un giro de tuerca y, ahora, el que se convertirá en extranjero es el hijo, el propio Eduardo, viajando desde su lugar de residencia actual en Burdeos hasta Rumanía en busca de respuestas, ya que Berti nos hace ser partícipes en todo momento de cada paso que da en esta búsqueda.
Una obra de arte exquisita en la que, en apenas 130 páginas, Eduardo Berti demuestra un uso magistral de la palabra, una capacidad para, de una manera muy sutil, jugar con la emoción y el sentimiento del protagonista, amparado en una historia de búsqueda de raíces, encuentros y cierre de etapas.
Y todo ello con un estilo puro, una mezcla de novela, ensayo y diario de viajes en la que todo queda aunado de una manera magistral para transmitir al lector esa emoción, esa curiosidad y ese deseo de un hijo de encontrar respuestas.

Personalmente, me llega mucho la forma de escribir de Berti, así como su capacidad para, con un estilo aparentemente tan sencillo, rebuscar, ahondar y escarbar en los más puros sentimientos humanos relacionados con la familia, el exilio y los orígenes de uno mismo.

Y, sobre todo, cómo es capaz de meternos en la piel del protagonista y sufrir con cada decepción, cada avance y cada descubrimiento.

‘Mi padre que se fue de acá y perdió su país natal. Pero ¿no perdemos todos, cada uno a su manera, nuestros países natales?’

—Javier Velasco Martín, Letras en vena, 9 de agosto de 2022