cabecera 1080x140

Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

«No escribo sin sentir una inspiración, solo escribo cuando siento que debo hacerlo» – Mircea Cartarescu para El Diario Montañés

Mircea Cărtărescu dirige esta semana en la UIMP un curso magistral en el que demuestra su profundo amor por la literatura.

El curso magistral que el escritor rumano Mircea Cărtărescu (Bucarest, 1956) di-rige estos días en la UIMP –estará en la tribuna de los Martes– es una muestra más de su profundo amor por la literatura. «Es mi mayor amor», admitió ayer, al poco de comenzar su primera conferencia. Impartió la clase de pie, apoyando sus explicaciones con dibujos de círculos concéntricos o distanciados entre sí para ilustrar cómo la cultura, el arte y la poesía han dejado de ocupar un lugar central en el mundo; y en un inglés ya sin el acento de «personaje de la mafia rusa» que le imprimió una profesora de instituto». Pudo sacudírselo duran-te una estancia en Estados Unidos. Tenía 34 años y aquel fue el primer viaje al extranjero de su vida.

Poeta, narrador y crítico literario, autor de la colosal ‘Solenoide’ y Premio Formentor en el año 2018, por citar solo algunos hitos de su trayectoria, Cărtărescu, voz imprescindible en la literatura contemporánea, sazonó su primera charla en La Magdalena con algunos detalles de su vida, detalles que le perfilan como un profesor con maneras académicas poco rígidas –«siéntanse libres de expresar sus ideas […] el objetivo del curso es que todo el mundo se sienta cómodo», animó a sus alumnos– y como un escritor absolutamente convencido de la necesidad de la inspiración para crear. «No escribo nada sin sen-tir inspiración. Solo escribo cuan-do siento que debo hacerlo», dijo ayer.

Defensa de la inspiración

Cuando se siente inspirado, entra en una especie de estado de «autohipnosis». «No sé de dónde viene esa inspiración, pero la siento», contó Cărtărescu, que puso en cuestión a los creadores que la rechazan, que ni siquiera la reconocen. Y aquí el ejemplo paradigmático es Poe, explicó. El poeta estadounidense desmitificó el acto de la creación literaria y abrió el camino del modernismo. Poe se mostraba convencido de haber escrito ‘El cuervo’ sin que mediase inspiración alguna; sin que nadie, salvo él mismo, tomara parte en la obra. El caso de Cărtărescu es el contrario. Ayer hizo una defensa cerrada de la inspiración y, de paso, de los «demonios» internos, entendidos estos como «una fuerza interior» que en ocasiones orienta o ayuda a dictar la obra. De hecho, Cărtărescu llega a sentir que tiene doble personalidad cuando escribe y cuando no

Si no se encuentra en trance creativo, se siente una persona «corriente». Y hasta sus amigos le advierten de que no se comporta como un poeta cuando está con ellos. Cambio y presente A lo largo de los siglos, la cultura, el arte o la poesía han transitado desde un lugar central a uno periférico. Y ahora «tenemos una civilización sin cultura. La cultura ha dejado de estar en el centro de nuestro mundo», expuso Cărtărescu.

En este mundo, por momentos «extraño», se lee menos poesía –«lo más triste, en mi opinión, es que tenemos poesía sin lirismo»– y «las palabras pierden frente a las imágenes, lo vemos en Facebook y en Instagram». Pocos quieren leer textos largos, no hay hábito de hacerlo, entiende el autor de la monumental trilogía ‘Cegador’. «Y yo pienso: ¿qué voy a hacer con mis novelas? ¿Quién va a leer esas novelas? Se quedarán como monolitos en el desierto, pero no me importa mucho: las escribí para mí y para gente que se parece a mí».

Con todo, tras casi cinco décadas de escritura, Cărtărescu acepta «las cosas tal y como son». Ayer reveló que no rechaza frontalmente la tecnología, que usa ordenador y teléfono móvil, que es un ‘gamer’ aficionado y que los mundos virtuales a los que nos quieren llevar los «grandes de internet» le inquietan, pero también le generan curiosidad. Y en ese contexto, Cărtărescu reivindica la fuerza de esas «pequeñas tribus de amantes de la literatura», como la formada en el curso de la UIMP. «Quiero que sea un curso positivo», dijo el escritor poco antes de arrancar su conferencia y de que el rector de la UIMP, Carlos Andradas, le dedicara unas cálidas palabras de recibimiento. También firmó algunos libros y respondió a la primera pregunta del encuentro. Confía, les dijo a sus alumnos, que sean muchas más.

—Mada Martinez, El Diario Montañés, 30 de agosto de 2022