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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Cartarescu: Un poema de amor podría ser muy peligroso para cualquier régimen – La Vanguardia

El poeta rumano Mircea Cartarescu, cuyo nombre suena cada año para el Premio Nobel de Literatura, opina que el rol de los artistas es «preservar la libertad» y considera que «un poema o una canción de amor podría ser muy peligroso para cualquier régimen» porque muestra «libertad interna».

«Un escritor es un como un pájaro libre, debería rechazar cualquier tipo de jaula, incluso una jaula de oro», ha reflexionado el rumano en un encuentro con los periodistas en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), en Santander, este martes

Mircea Cartarescu (Bucarest, 1956) será investido como doctor «honoris causa» en la universidad este jueves y ha reflexionado junto con los periodistas la libertad, la democracia, la dictadura y la censura.

Sobre el papel de los artistas en la sociedad, el rumano ha opinado que deben estar en contra de «cualquier tipo de opresión» y mantener «su libertad interna», por lo que ha apuntado que «no hay ningún sistema político bueno», ya que todos los regímenes «tienen un nivel de opresión».

Sin embargo, Cartarescu ha matizado que la democracia, que en su opinión es el sistema «menos malo», no es comparable a una dictadura, donde no hay derechos humanos. «La democracia sería el sistema político menos malo pero las personas no pueden ser bien gobernadas, en mi opinión», ha apuntado.

El autor, quien ha presentado su último trabajo, «El ala derecha», la tercera parte de la trilogía «Cegador», ha dicho que «siempre» ha estado «en contra de los extremismos» y ha definido sus valores como un «zigzag» en el espectro político.

«Irme a la izquierda o a la derecha completamente sería un desequilibro y el barco se hundiría bajo el agua», ha añadido.

LA CENSURA EN LA LITERATURA

El poeta ha repasado sus orígenes como poeta en la Rumanía bajo el régimen de Nicolae Ceaușescu, una época en la que, según ha recordado, se censuraban «hasta los libros infantiles y de cocina».

«Ningún libro en Rumanía en los años 70-80 era publicado sin pasar por la censura», ha añadido el escritor, quien tuvo que cambiar el nombre de su novela «Nostalgia», una de las cuatro publicaciones que sacó en los años de la dictadura, a «El sueño» por decisión de los censores.

Esta censura, ha asegurado, llegaba a darse por «cosas estúpidas» como el uso de determinados nombres como el de Helena, esposa del dictador Ceaușescu.

Frente a ello, el rumano ha insistido en el papel de los artistas como garantes de la libertad. «Los auténticos escritores e intelectuales nunca colaboraron con el gobierno. Todo lo contrario, muchos estaban en contra y eran disidentes», ha explicado.

Y considera que en Rumanía, más de treinta años después de la revolución, sigue persistiendo la censura ideológica, ha matizado, «no solo de los conservadores», sino de «extremistas al otro lado del espectro que se de dominan progresistas».

En su lugar, también ha lamentado que, después de la revolución que acabó el régimen comunista de Ceaușescu, se comenzó a importar literatura americana y de otros países a Rumanía, un proceso que «sofocó a la literatura rumana real». «Hay muchos libros malos», ha afeado.

El poeta, que tiene una decena de títulos y 2.000 páginas traducidos al español, ha celebrado el reconocimiento por parte de la UIMP. «Es una suerte de culminación de mi carrera como escritor y una gran alegría para mí», ha reconocido.

—Agencia EFE, 31 de agosto de 2022