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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

«No logro pasar tanto miedo con las pelis de terror como quisiera» – «Malaventura», de Fernando Navarro – Diario de Pontevedra

Artífice de personajes ya míticos en la historia del cine, como Verónica, la niña de Vallecas, o el agente secreto
Anacleto, este guionista granadino ha conseguido meterse al público en el bolsillo con ‘Malaventura’, su primera obra literaria. Un western con sabor andaluz, donde ha querido «dar vida a personajes que no tenían cabida en el cine»

fernando navarro (Granada, 1980) es el guionista de algunas de las películas contemporáneas más vistas de España,
como ‘Anacleto: Agente secreto’, ‘Verónica’, ‘Orígenes Secretos’ o ‘Bajocero’, que le han valido, en dos ocasiones, la nominación a los premios Goya. Tras una década dedicado al cine, ahora estrena su primera novela, ‘Malaventura’
(Impedimenta, 2022), una especie de western lorquiano que mezcla el más puro romanticismo andaluz con momentos violentos que recuerdan al mismísimo Tarantino. Una ópera prima audaz que le ha convertido en uno de los autores revelación de este año.

Ha participado en películas especialmente alabadas por la crítica, ¿cuál diría que es el secreto de un
buen guion?

Es difícil recetar una misma cosa para todos. Lo que yo aprecio mucho es la claridad narrativa, es decir, que no se vayan por la ramas, que tengan una única trama, pocos espacios… y que los personajes estén muy cuidados.


¿Cuáles son sus obras favoritas, en qué autores encuentra la inspiración?
Me gustan los escritores de western, de género negro o de terror. Soy muy aficionado al cine de serie B y a la literatura de derribo, en la que, a pesar de que los argumentos pueden ser un poco delirantes o psicotrónicos, la escritura siempre es muy clara, muy consciente de si misma. Me encanta la literatura modesta, en la que el escritor te cuenta una buena historia pero a él casi no lo percibes. Por otro lado, también me inspiran las canciones que cuentan historias; me siento muy afín a esa manera elíptica y sencilla de contar historias que tienen algunos autores de canciones, como Bruce Springsteen o Bob Dyland.

¿Qué ha importado del universo del guion a su novela?
Por un lado, el propio lenguaje en sí, ya que mis guiones son muy concisos. Por otro lado, la importancia de la atmósfera: que de la lectura se extraiga ya una sensación pegajosa, de un paisaje, de un color, de un olor…


Siempre había encontrado un buen medio de expresión en la gran pantalla, ¿por qué se lanzó a escribir ‘Malaventura’?
Quería darle vida a personajes que no tenían cabida dentro del cine. He intentado escribir el libro que a mi me gustaría leer, que me haría ilusión encontrar por sorpresa en una librería. He escrito, sobre todo, para mí como lector.

Después del éxito que ha tenido, ¿siente presión ahora cuando se sienta frente al folio en blanco?
Me he encontrado con el cariño de muchos lectores y de muchos periodistas, y estoy muy agradecido por ello. No obstante, estoy muy desconectado de todo, ni siquiera tengo redes sociales. Entonces, me mantengo muy al margen de ese éxito porque no soy tan consciente de ello y, por ende, no siento presión de cara a futuros trabajos. Lo único que espero es
que, cuando los medios dejen de hablar de este libro, no se pierda en el olvido.

¿Qué tiene la literatura que no tiene el cine?
E
l cine tiene una cosa muy buena, que es que se hace siempre en equipo, y eso te ayuda a hacer trabajos muy especiales. Sin embargo, en la literatura, para bien o para mal, es tu voz la única que se escucha. Todo depende de ti. Por eso, yo, si me tengo que quedar con alguno, me quedo con el cine, porque trabajo mejor acompañado que solo.


En la literatura también hay una relación mucho más íntima y directa entre el autor y el lector, ¿no?
Sí, eso es verdad. En una película comercial, el espectador no sabe ni quién eres y tu voz no tiene tanta presencia. Un libro, sin embargo, permite un diálogo mucho más
íntimo con cada lector, y también un reconocimiento más especial.


A partir de ahora, ¿va a seguir incursionándose en la literatura o de
momento no se lo plantea?

Sí, ya estoy planeando un segundo libro, también dentro del universo de ‘Malaventura’. Espero que llegue más pronto que tarde, aunque es cierto que debo acompasar los
tiempos a mis responsabilidades como guionista, que al final es lo que me da de comer (ríe).


¿Cómo es tu día a día como guionista, cómo es ese proceso de escritura de un guion?
Es una escritura muy técnica, porque se basa en tener todo el rato al espectador entretenido. Lo que yo hago es trabajar mucho a los personajes. Me gusta bajarlos a la tierra, que el público se pueda sentir identificado con ellos, como, por ejemplo, con esos casos reales
de niñas que, de repente, hacen una ouija con sus amigas.


Cuando va al cine a ver a una película de la que ha sido guionista, ¿sale contento o descontento?
Yo siempre salgo contento, porque un guion no es nada sin un actor, sin un músico, sin un localizador. Yo nunca he tenido la experiencia de ver una película con un guion mío que no me guste. Un guion siempre es mejor visto en película que leído.


Es experto en cine de terror, ¿usted mismo pasa miedo cuando va a ver sus propias películas?
(Ríe). Es cierto que no consigo pasar tanto miedo como me gustaría. Entonces, cuando la película es buena y pulsa las teclas adecuadas, esas que te provocan tres o cuatro escalofríos, yo como espectador lo disfruto mucho… ¡Muchísimo!


En detalle

«Necesitaba contar el desamparo de una vida salvaje con personajes desalmados que atraen»

La novela está poblada de personajes rocambolescos que unas veces recuerdan a Lorca y otras a Tarantino, ¿de dónde los ha sacado?
He buscado a mis personajes en el paisaje. Hay un problema en los desiertos imaginarios que tiene que ver con la clase social: gente desamparada, sin recursos, cuyos actos quedan justificados por su propia desesperación. Muchos personajes tienen un fondo de niños, porque se mueven siempre buscando cobijo. Son desalmados
que atraen y que caen bien.


Si los personajes derivan del paisaje, ¿de dónde saca la Andalucía romántica y salvaje que habitan?

De alguna manera, tenía la necesidad de contar el paisaje del desierto almeriense: un lugar que me inspira y que me conecta con mi tierra. Lo que quería era contar un lugar y un sentimiento, el del desamparo, que está muy ligado al propio espacio del desierto. Lo que hago es recopilar historias de personajes que podían haber transitado ese espacio, viviendo la vida dura que yo imagino que vivieron las gentes que habitaron estos lugares. Quería contar el desamparo de una vida salvaje.

¿Por eso es un libro con imágenes tan cinematográficas?
Sí, era lo que buscaba, una escritura muy plástica, muy visual, con imágenes impactantes. Ser guionista te obliga a escribir así, pensando en las imágenes.

—Diario de Pontevedra, 4 de septiembre de 2022