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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Arboretum, de Tony Kirkham y Katie Scott – Zenda – 15 de noviembre de 2022

Los bosques se extienden a lo largo de todo el globo, excepto en la Antártida, y son el hogar de más de 58 000 especies (58 497, para ser exactos). A pesar de que puedan parecer siempre iguales para muchas personas, cada bosque y cada árbol tienen sus necesidades, características e historias. Los árboles son los pulmones de la Tierra, nos proporcionan el oxígeno que respiramos y mejoran la calidad del aire. También son los responsables de mantener las propiedades del suelo, disminuyendo la erosión producida por las tormentas, y de almacenar carbono en sus troncos y raíces, protegiéndolos de desastres naturales y humanos. Los árboles han ocupado un lugar central en la historia de la especie humana durante milenios. En muchas culturas se los ha considerado objeto de adoración debido a su capacidad para producir materiales esenciales para nuestra supervivencia: desde la madera que utilizamos para la construcción y el transporte, hasta los frutos y especias con los que nos alimentamos. Los baños de bosque —una antigua tradición japonesa— pueden incluso ayudarnos a reducir los niveles de estrés, mejorar nuestro estado de ánimo y combatir enfermedades.

Los árboles forman parte del mundo tal y como lo conocemos hoy en día y, en muchas ocasiones, damos por hecho que van a estar ahí para siempre. Hoy, el 30 % de las especies se encuentra en riesgo de extinción y ya han llegado a desaparecer al menos 142 especies salvajes. No nos podemos permitir perder más biodiversidad. Debemos ser conscientes, durante nuestro día a día, de los árboles que crecen a nuestro alrededor en parques, jardines y entornos urbanos, así como aquellos que viven en los bosques de todo el mundo, y debemos recordar que, sin ellos, nuestro planeta sería un lugar mucho más difícil de habitar. No solo una gran cantidad de otras muchas especies —que incluyen plantas, hongos, insectos, mamíferos y aves— perderían sus hogares, lo que provocaría una extinción masiva, sino que también se perdería la mismísima estructura de nuestro magnífico mundo.

A medida que muchos de nuestros hábitats y ecosistemas se vuelven cada vez más frágiles, proteger nuestros bosques es más urgente y necesario. Si lo hacemos, podremos asimismo proteger la vida en el planeta, de manera que las generaciones venideras puedan disfrutar de la maravilla que son los árboles igual que nosotros lo hacemos ahora.

—Zenda, 15 de noviembre de 2022