Me atrevería a decir que hay dos pasiones innatas en los niños y en las niñas: los libros ilustrados y la naturaleza. No he conocido, hasta la fecha de hoy, nunca un niño o una niña que hayan despreciado ninguna de las dos. De la primera ya he hablado mucho en El Asombrario. De la segunda va este artículo.
No hay niño o niña que no sienta alegría al esconderse bajo una montaña de hojas secas en otoño, que no sienta emoción al ver caer los primeros copos de nieve en el inicio del invierno. Les encanta experimentar con el agua, con la tierra. Les divierte seguir un largo camino de hormigas, sienten pasión por los animales cercanos y los de lugares exóticos. Si de ellos dependiera, pasarían más tiempo fuera de casa que bajo un tejado. No temen a un cielo lleno de estrellas. Les importa muy poco que la naturaleza les ensucie o les haga un rasguño, son marcas de las que presumir. Un niño necesita el contacto con las cosas que nos ofrece la naturaleza para darse cuenta de que no todo está hecho de plástico. La necesitan para aprender. Necesitan observar en directo lo que les rodea para comprender los cambios. Para darse cuenta de los ciclos de la vida, de la transformación que sufre el medio por la influencia de los cambios del clima, de los fenómenos naturales como la lluvia o el sol. Y de cómo la mano del ser humano altera el equilibrio natural.
Necesita saber que pertenecen a ella, como seres integrados más que como se ven muchos adultos, que se creen dueños de ella, con el derecho de manipularla a su antojo. Si les enseñamos a respetarla, aprenderán a respetarse a sí mismos y a los demás.
La naturaleza es el mejor aula de aprendizajes que existe para niños y niñas. El contacto con ella mejora su salud, su capacidad de atención, su desarrollo motor (no hay nada mejor que corretear por encima de rocas y prados), su autonomía, caerse y volverse a levantar, explorar en busca de aventuras y tesoros…
Nos puede parecer gracioso saber de niños que piensan que la leche se elabora en la misma fábrica de los refrescos. Pero de gracioso no tiene nada, es un auténtico drama para nuestra civilización. ¿Qué hemos hecho para que los niños estén tan alejados de la realidad que llegan a pensar esas cosas en sus cabecitas? Una nueva patología del siglo XXI es el síndrome o trastorno por déficit de naturaleza. Niños y niñas alejados de entornos naturales y que presentan síntomas preocupantes, como obesidad, estrés, trastornos de aprendizaje, hiperactividad, fatiga crónica o depresión.
No les podemos negar a los niños esas experiencias. La naturaleza ofrece infinidad de estímulos, la capacidad de sentirse libres, de observar, de mancharse, de pincharse por error al acercarse demasiado a las ortigas o de oler una flor. Todas estas pequeñas cosas suscitan emociones que luego les ayudan a construir conocimientos. Con los libros de este artículo, vamos a ampliar nuestros conocimientos y a darnos cuenta de la infinidad de secretos y misterios que guarda sólo para nosotros. Aquí os presentamos algunas joyitas para ampliar nuestras bibliotecas. Pero sin olvidar que la mejor forma de conocer la naturaleza es siempre estando en ella y con ella.
Pero antes de pasar a las recomendaciones, para conocer algunos de estos secretos y misterios nos hemos ido hasta Japón vía correo electrónico para hablar con Sachiko Umoto, que gracias a la editorial Silonia nos trae dos libros que son una estupenda introducción al mundo de la ilustración sobre la naturaleza: Illustration school, plantas y pequeñas criaturas e Illustration school, animalitos. Paso a paso, niños y no tan niños pueden disfrutar aprendiendo a dibujar centenares de plantas, flores, animales y pequeñas criaturas. Todo de una forma muy delicada y con mucho sentido del humor.
«La idea partió de mi editor», nos cuenta Sachiko Umoto. «Él me sugirió dos cosas, que recopilase mis ilustraciones sobre distintos temas para formar libros ilustrados y que explicase cómo dibujar en tres sencillos pasos, para ayudar a todo tipo de personas a hacer dibujos de una forma fácil. La idea me encantó, me pareció algo muy innovador, una idea que se podía aplicar a todo tipo de temas. Seleccionamos cuidadosamente motivos bonitos y fácilmente reconocibles y otros que no lo eran tanto, pero que parecía interesante mostrar. Así salieron estos dos primeros libros sobre animales y plantas».
Dos obras con un punto vintage muy atractivo que recuerdan a los cuadernos de notas de los grandes exploradores. Unos libros llenos de amor por la naturaleza, aunque a Sachiko Umoto se extrañe de que lo resaltemos: «¿De verdad has visto amor por la naturaleza en mis libros? Trataba de expresar lo mejor posible la belleza que hay en ella, lo cual creo que estoy lejos de conseguir. Probablemente mis esfuerzos hacen que ese amor se refleje en los dibujos. Una cosa que sí añadí intencionadamente fue un toque de humor para que fuesen más divertidos. Fue también mi editor el que me sugirió añadir información, pequeñas curiosidades. Añadiendo algún detalle consigues que los lectores se interesen más por lo que están dibujando. Probablemente los niños de hoy en día tienen muchas más opciones para jugar o para obtener información gracias a la televisión o a Internet. Sin embargo, no creo que nada sea comparable a secar tus propias hojas, coleccionar minerales o dejarse asombrar ante el tamaño de una vaca. Por suerte, creo que los padres llevan a sus hijos cada vez más a los parques y a muchos otros espacios para que estén en contacto con la naturaleza. Creo que lo que hagan los padres es muy importante para determinar los intereses de sus hijos». Y termina: «Me da pena cuando la gente dice: no sé dibujar. No creo que sea lo más importante, hice mis libros con la esperanza de que mis lectores pudiesen disfrutar del acto de dibujar. Siempre habrá personas con más talento, si hablamos de talento como una cualidad innata. Pero no hay que reprimir el placer de dibujar si es un actividad que te gusta. Si realmente te gusta, deberías seguir. En mi caso dio resultados. Por cierto, es importante admirar y estudiar el trabajo de gente con talento, porque esto harán desarrollar el tuyo. Sabiendo qué tipo de artistas te interesan más, te conocerás a ti mismo y abrirás tu mente».
Siguiendo este último consejo de Sachiko Umoto vamos a conocer otros nueve maravillosos libros que hablan de naturaleza, para potenciar nuestro talento y amor hacia ella:
Animalium. De Katie Scott y Jenny Broom. Impedimenta.
Algo más que un libro ilustrado sobre naturaleza; es casi un museo. Un museo abierto las 24 horas del día, que alberga una colección con más de 160 animales para visitantes de todas las edades. Un libro que nos va a enseñar cómo han evolucionado las especies y la amplia biodiversidad de nuestro planeta. Logra sorprendernos con su amplio catálogo de ilustraciones y con las historias que nos va a desvelar. Con un formato gigante que propicia que le dediquemos tiempo a cada página, tenemos ante nosotros un libro que casi, casi no se termina nunca. Desde los invertebrados más humildes hasta el más grande de los mamíferos, este museo hace un gran repaso de la amplia biodiversidad que nos rodea. Un libro que alberga en sus páginas animales antiguos y modernos, enormes y diminutos, feroces y vulnerables.
Inventario de InsectosVirginie Aladjidi y Emmanuelle Tchoukriel. Kalandraka.
Último volumen de la serie Inventario de animales, Inventario de mares, Inventario de los árboles e Inventario de animales de cola, de los mismos autores y en la misma editorial. Una colección para pequeños y grandes curiosos. Donde todo queda recogido con una exquisita calidad científica, desde las ilustraciones hasta los datos que nos ofrecen. Cada lámina presenta a los insectos junto a su nombre común, científico, su descripción y divididos por especies. Un libro atractivo no sólo por las vistosas representaciones gráficas de los insectos, sino por los contenidos técnicos donde vamos a aprender cosas sobre su anatomía, su hábitat, su alimentación y mil curiosidades más. Emmanuelle Tchoukriel es una ilustradora con formación en el dibujo científico que nos representa con precisión 65 especies. Los trazos negros de las imágenes fueron hechos con Rotring y tinta china, y el empleo de acuarelas le ha permitido jugar con los colores y las transparencias.
Tan grande como siete osos. Tan pequeño como un colibrí. Julie Colombet. Libros del Zorro Rojo.
Este original bestiario se aleja de la estética formalista de los libros de animales y propone un juego a los lectores de todas las edades. Descubrir, comparar y conocer a algunos de los animales más fascinantes de la naturaleza, sin clasificarlos biológicamente o por ecosistemas. Simplemente relacionando a unos con otros en función de su tamaño, de sus proporciones o de algún rasgo en común que los hace únicos e inolvidables. Un divertido álbum ilustrado donde vamos a encontrar infinidad de datos curiosos en los que no habríamos caído sin la inestimable ayuda de Julie Colombet, que nos ilustra con gracia y mucha personalidad una muy completa colección.
Rara avis, pequeña guía de aves para colorear. Miriam Sugranyes. MTM Editores.
Este breve y hermosísimo cuaderno de ornitología nos permite conocer algunas de las aves más comunes y cercanas a nosotros. Ilustraciones en blanco y negro presentadas con algunas de sus características y hábitat principales. Aves listas para pintar a tu gusto o como son en la realidad. El libro viene introducido por esta preciosa cita de Simeo Pease Cheney: «Los pájaros son los artistas más delicados de la Naturaleza, que viven y trabajan por encima de la tierra».
Árboles. Lemniscates. Ediciones Ekaré.
Los árboles son nuestros pulmones y limpian el aire que respiramos. Espero que todos a estas alturas sepamos esto ya, pero, por si acaso, este álbum ilustrado de Ekaré nos lo viene a recordar. Además, nos cuenta que los árboles son algo más. Son la casa de muchos y gracias a sus largas sombras nos dan cobijo a otros. Este poético libro con una gran mirada ecológica nos invita a conocerlos un poco más. ¿Alguna vez nos hemos fijado en cómo viven los árboles? ¿Qué hacen en cada estación y circunstancia? Gracias a este libro vamos a aprender las cosas que nos pueden enseñar todos y cada uno de los árboles que nos rodean.
Osa. José Ramón Alonso y Lucía Cobo. Narval Editores.
Osa está sola y va aprovechar los últimos días cálidos del otoño para comer frutas. Y como no le gusta el aire frío del invierno, no le queda más remedio que refugiarse en su osera, donde va a dormir todo el invierno. Al llegar la primavera, Osa ya no se sentirá sola, tendrá a su cuidado a una pequeña gran compañía. La narración de Osa nos permite conocer el ciclo de la vida y de la naturaleza y lo hace a través de un poema visual que son las magníficas ilustraciones de Lucía Cobo. Ilustraciones de gran calidad con técnica de acrílico y lápiz que van de la mano de un texto de nivel científico de José Ramón Alonso.
Tiempos solares. Los 24 periodos del calendario chino. Xiong Liang. Pastel de Luna.
El conocido artista e ilustrador Xiong Liang utiliza una técnica de pintura tradicional china para explicarnos el concepto de los 24 periodos solares del calendario lunisolar chino. Un curioso sistema de medición del tiempo muy vinculado a la cultura de su civilización. Según este calendario, el ser humano es uno con la naturaleza. Xiong Lang representa la tierra como un niño que siente y vive los cambios de la naturaleza en su propia piel. Sitúa al lector en el centro de la narración en una aventura que pretende que experimente y sienta el fluir de los tiempos solares. «Criatura y Tierra son uno, antes de comenzar esta historia, olvídate de ti. Imaginémonos ser de barro, yaciendo en calma sobre la inmensa tierra, aguardando que los tiempos solares despierten nuestro cuerpo a los sentidos…».
El río de los cocodrilos. Gustavo Roldán. A Buen Paso.
Esta sencilla historia nos viene a recordar que hay cosas que no se pueden vender ni comprar, entre ellas la naturaleza y todos los elementos que la componen: ríos, montañas, nubes, caminos de hormigas… El señor del traje rojo llega un buen día a incordiar a los cocodrilos que están tan tranquilos en su río. Llega para decirles que tiene un contrato y que los cocodrilos han de abandonar el río porque ahora le pertenece. Pero el mayor de los cocodrilos no está nada de acuerdo y aquí es donde está historia se empieza a liar… Gustavo Roldán, con diálogos vivos e ilustraciones minimalistas, contundentes y muy expresivas, nos propone una historia para la reflexión.
Toletis. Cuatro estaciones. Rafa Ruiz y Elena Hormiga. NubeOcho / Mad is Mad.
En esta selección sobre el amor a la naturaleza no podían faltar los 12 cuentos, tres por cada estación del año, protagonizados por Toletis y escritos por Rafa Ruiz. Doce cuentos donde el escenario de las aventuras de Toletis y su pandilla es un pequeño pueblo. Un pequeño pueblo que lo tiene todo, gracias a que tiene muy a mano los mejores entornos naturales donde desarrollar mil y una disparatada aventuras. Esta segunda entrega de Toletis viene llena de canciones, risas, palabras divertidas, tesoros inauditos y de “blublujas”. Un viaje de realismo mágico-ecológico para combatir lo gris. Toletis es un lugar feliz al que viajar cuando las prisas nos aprietan las tripas, las nubes negras nos dan dolores de cabeza y hay que hacer una pausa después de un largo día de noticias tormentosas. Ilustrado con gran delicadeza por Elena Hormiga, que ayuda a que los mundos de Toletis y su pandilla sean de una magia infinita.
Por Javier Pizarro.