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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

10. BENDIK KALTENBORN – ME GUSTAS MUCHO, BENDIK KALTENBORN (Fulgencio Pimentel)
Se gusta a sí mismo y nos gusta a nosotros. Nunca el narcisismo tuvo tantas certezas como razones fundadas como en el caso del cuentahistorias noruego. En su nueva colección de historias, desde parejas de ancianos a hombres de negocios, skaters o jubiletas se dan la mano para desatarse en santísima comunión en este slapstick imprescindible de esta temporada.

9. SANTIAGO GARCÍA & LUIS BUSTOS – ¡GARCÍA! (Astiberri)
Si Santiago García firma unos diálogos punzantes y llenos de referencias al “Caudillo”, los “rojos masones”, los “fachas golpistas” o interpelaciones peyorativas hacia los socialistas –que, dicho sea de paso, ofrecen una descarga humorística al relato que le viene fenomenal–, Luis Bustos es el encargado de deslumbrarnos y dejarnos sin aire con un apabullante y potente dibujo en blanco y negro. Como ya hizo en Versus, Bustos vuelve a dar otra clase magistral sobre narración dando forma a unas escenas de acción cargadas de tensión y nervio. Vamos, que Bustos consigue que vivas lo que estás viendo, haciéndote creer que eres un protagonista más. Estás ahí, esquivando golpes y todo para ver a un agente franquista en acción.

8. YOSHIHARU TSUGE – EL HOMBRE SIN TALENTO (Gallonero)
A tres décadas de su publicación en Japón, esta suerte de obra maldita del manga nipón es, a su vez, un ejercicio considerado de culto y que mantiene impecable tanto su actualidad como su universalidad: un tipo en una desastrosa situación económica, fantasea en su soledad con hacerse monje o descubrir una cura para algo, sea el cáncer o las hemorroides. Un título que supera al grueso de los bestsellers del manga asiático y que penetra tanto en la cambiante sociedad japonesa como en cualquier sociedad de consumo contemporánea.

7. FAREL DALRYMPLE – LOS WRENCHIES (Sapristi)
Los Wrenchies es un cómic excepcional que opera a varios niveles: es una emotiva y dura historia de iniciación, un relato de supervivencia en un entorno apocalíptico tremendamente imaginativo y una reflexión sobre el proceso creativo como camino de autoredencion. En su estructura de muñecas rusas, de historias que desembocan en otras, unidas por ese elemento mágico, que es el propio cómic, parece combinar el Michael Ende de Momo o La historia interminable, la épica adolescente de Cuenta conmigo y la locura metaficcional y surrealista de Grant Morrison en un producto único, coherente, tan original como divertido. Un rompecabezas narrativo en el que vamos ordenando las piezas y saltando entre las distintas tramas hasta la revelación final. O como ha escrito la crítica de su país: lo que habrían sido Los Goonies si la hubiera dirigido David Lynch.

6. ANDREA PAZIENZA – ZANARDI (Fulgencio Pimentel)
Zanardi es una obra de denuncia, una crítica. Pero ¿Pazienza todavía tenía esperanza y creía que las cosas podían cambiar? ¿Puede ser que en realidad Pazienza no tuviese ninguna intención de revestir su obra de un halo de crítica social? ¿Tal vez Pazienza nunca haya sido un verdadero revolucionario –entiéndase en términos políticos– sino que simplemente fue un autor cuya evolución artística se cruzó con su atormentada existencia? No lo sé. Lo poco que puedo decir sin miedo a equivocarme es que:
1) Pazienza fue un narcisista, un creador de mundos, un genio capaz de adentrarse en las aguas más oscuras y profundas de su alama.
2) Zanardi es un superhombre que ha entendido todo sobre la existencia humana y aun así es capaz de soportar el peso del mundo.
Pazienza-Zanardi, Zanardi-Pazienza. Dos caras de la misma moneda que son y serán el único y verdadero héroe de nuestros tiempos.

5. JAIME HERNÁNDEZ – CHAPUZAS DE AMOR (La Cúpula)
Chapuzas de amor es la última historia de Maggie Chascarrillo, personaje fetiche de Hernández, que después de años y años de decepciones y fracasos por fin consigue aferrarse a algo en su vida. Sin embargo, resulta que ese algo en realidad es un alguien y no es otro que Ray Dominguez. Jaime recupera la piedra angular sobre la que construyó –y sigue construyendo– su obra para revelarnos algunos de los momentos más importantes en la vida de Maggie. Saltos temporales, amistades perdidas, familias destrozadas, la inocencia del amor, el madurar con el paso del tiempo, el peso de los recuerdos, tiempos pasados que siempre parecen más brillantes que el presente… En definitiva, todo lo que quieras y más. Jaime Hernández en estado puro que más que un tebeo lo que te está dando es una vida en tus manos para que la leas y disfrutes siempre.

4. BENJAMIN MARRA – SANGRE AMERICANA (Autsáider Cómics)
Marra es un profeta, un enviado de Dios que viene a enseñarnos una nueva manera de entender el cómic. Una manera totalmente liberada de cualquier tipo de carga emocional, estilística o moral y sin ningún complejo. En sus historias, Marra ensalza la terrible belleza de lo trash y el carácter barato del kitsch a través de personajes y situaciones fuera de lo común: ¿Un grupo de raperos adictos al sexo y al crack con un hambre voraz por la violencia? Lo tienes. ¿Un afroamericano libre tras años de esclavitud que todavía debe enfrentarse a un mundo que lo desprecia y desea su sufrimiento? No busques más. ¿Una periodista sexy dispuesta a destapar los trapos sucios y los secretos más oscuros de las grandes corporaciones mundiales? Check. ¿Los Naked Heroes transformados en un dúo de viajeros interdimensionales que se las ven con demonios y protoexistencias de otras realidad? ¡También! ¿Superheroínas prostitutas, acosadores, palizas, proxenetas y bailarinas de locales de una reputación más que cuestionable? Todo está aquí. Tú pide y serás servido. Por Dios, si hasta el mismísimo George Clooney hace acto de presencia y si sale él ya te puedes hacer una idea de cuánto mola la obra de Marra.

3. MARION FAYOLLE – LOS TRAVIESOS (Nórdica)
Del mismo modo que vemos sexo, falos y vulvas en prácticamente todo lo visible, a la joven autora gala también le sucede. En su caso, desde una perspectiva poética y hasta pseudo-crítica, juega a la humorada a través de un compendio de micro-poesías visuales, mudas, en la que nos presenta surrealistas situaciones dignas de un Dalí de baja fidelidad, exhibiendo monigotes en las que las tetas pueden ser (literalmente) huevos fritos, pesas, globos, bolas de helado o faros que guían al ser humano; las pollas pueden ser flautas, ramas, pájaros, pinceles, aviones, combas o velas a las que rendir culto; y los coños ramos de flores, gatos, puercoespines, jaulas, hormigueros u hoyos de golf. Todo es sexo si todo es sexo.

2. MAX MÖNCH & ALEXANDER LAHL & KITTY KAHANA – ARENAS MOVEDIZAS (Impedimenta)
Arenas movedizas se publicó con motivo de los 25 años de la caída del muro y la editorial Impedimenta lo ha recuperado para el castellano. Es un libro atípico, de múltiples lecturas; de lo social a lo político, sin olvidar la crónica sentimental y una afilada mirada a los medios de comunicación. Es, además, el retrato de un mundo extinto pero fundamental para comprender la Europa que fue desde el final de la II Guerra Mundial hasta el cambio de siglo. El periodista Max Mönch y el cineasta Alexander Lahl, con las ilustraciones de Kitty Kahane, logran un acercamiento original, humano y libre de solemnidades para construir una novela gráfica destinada a engrosar el generoso listado de grandes novelas de perfil histórico publicadas en Europa en los últimos años. [LEER MÁS]

1. SIMON HANSELMANN – BAHÍA DE SAN BÚHO (Fulgencio Pimentel)
Decir que en Bahía de San Búho encontramos lo mismo que en Hechizo Total seria tan cierto como injusto. Mentiría si no dijese que esperaba la publicación de más historias de Hanselmann y ahora que lo tengo entre las piernas, perdón, entre las manos, me he quedado sin palabras. En este tiempo el australiano no ha perdido ni un ápice de su habilidad a la hora de mezclar de forma única y majestuosa la apatía y la desazón típicas en todas aquellas personas que no saben ni siquiera quienes son y mucho menos qué hacer con su vida. Todo aderezado con ese humor cínico, ácido y de un negrura abismal digna de un agujero negro. Los engranajes de las historias de Megg, Mogg y Búho funcionan a la perfección como el mejor de los relojes suizos. Es impresionante lo mucho que uno puede ver sus miedos reflejados en historias así locas y protagonizadas por una bruja, un gato y un búho. Sufrimos por ellos y, algunas veces, disfrutamos cuando los vemos sufrir porque nos sentimos identificados en esos personajes tan entrañables como despreciables.