Se suceden de continuo los libros que buscan bucear en el pasado propio o familiar concerniente al martirio que significó habitar la Unión Soviética durante décadas. Poco tiempo atrás nos llegó «Un montón de migajas», en el que Elena Gorokhova desarrollaba una suerte de autobiografía marcada por el deseo de alcanzar otros desafíos lejos del territorio ruso y por la figura de su madre, una «superviviente de la hambruna, del terror de Stalin y de la Gran Guerra Patriótica». Por otro lado, es también muy reciente «En memoria de la memoria», de Maria Stepanova, quien escribía sobre sí misma y examinaba el pasado ruso en torno a su familia judía, igualmente, bajo la presión estalinista; lo hacía sin sentimentalismo, más bien eso la llevaba a pensar en cómo otros literatos pudieron sobrevivir a diferentes horrores. En dicha línea podemos colocar «Jóvenes héroes de la Unión Soviética» (traducción de Jon Bilbao) del periodista Alex Halberstadt. Cuenta el nacimiento y desapego de alguien cuya vida, también, está influida hasta el extremo por sus progenitores. En su caso, por la ausencia de un padre que se quedó en la URSS mientras él, a los 9 años, marcha con su madre y abuelos a Nueva York. Más adelante volvería a su país para explicarse «ciertas experiencias desconcertantes compartidas por las tres últimas generaciones de mi familia», todas proclives «a una sensación de peligro».

Dolor tragicómico
Es como abrir la caja de Pandora. Indagar en todo ello le hará descubrir cosas tan asombrosas como que su abuelo fue oficial del KGB y guardaespaldas personal de Stalin. Pero sobre todo es la crónica de sentir dos culturas, una agradable y otra que quiere mirarse con desdén. Un libro que busca, con dolor tragicómico, entender la renuncia a la paternidad de su progenitor, las propias pesadillas o el miedo heredado.
▲ Lo mejor
La forma tan conmovedora en la que el autor quiere recuperar la relación rota con su padre
▼ Lo peor
Quizá se demora en detalles personales del protagonista sin demasiada trascendencia
—Toni Montesinos, La Razón, 28 de enero de 2023