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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

«La frustración es intrínseca a la labor creativa, pero hay que convertirla en acicate» – La Nueva España – 17 de febrero de 2023

«Mirar con prejuicio la literatura de género es un síntoma de estrechez de ideas»

Jon Bilbao (Ribadesella, 1972) publica «Araña» (Impedimenta), narraciones donde recupera a los protagonistas de «Basilisco» y «Los extraños» en historias que mezclan pasado y presente, ficción y realidad. Ingeniero de minas y licenciado en Filología inglesa, Bilbao ganó con «Bajo el influjo del cometa» el premio «Tigre Juan».

–¿Cómo encontramos a John Dunbar esta vez?

–Lo encontramos embarcado en un viaje a través de Estados Unidos como guía de una expedición de peregrinos iluminados que buscan un Paraíso cuyas puertas solo se abren a los hombres.

–¿Lucrecia es una mujer de armas tomar?

–Lucrecia es el único integrante femenino de la expedición. Las razones por las que participa en ella es mejor no desvelarlas aquí. Durante el viaje, ella y Dunbar entablan una relación que, a priori, a los dos les parecía imposible, tanto por la distancia social que los separa como por la dificultad de Dunbar a la hora de apreciar a los demás y a sí mismo. De todos los personajes del libro, Lucrecia es quien tiene las ideas más claras y los pies mejor plantados en el suelo. Aprende a lidiar con la melancolía y la culpa, conoce el poder sanador de la ficción, descubre que el buen camino para reencauzar la vida es ser mejor persona.

–¿Hay algún antídoto para la Araña?

–La Araña es la encarnación de unos sentimientos de melancolía y de culpa cuyo origen no se sabe concretar. Jon lidia con ellos recurriendo a la ficción. John Dunbar lo hace inicialmente a través de la violencia, pero luego descubre que encontrar a alguien a quien querer y que a su vez te quiera es mucho mejor.

–¿La insatisfacción ante la propia obra frustra o estimula?

–La frustración es intrínseca a cualquier labor creativa, pero hay que saber darle la vuelta al calcetín y convertir esa frustración en acicate para hacerlo mejor.

–¿La literatura de género empieza a estar bien vista al fin?

–Mirar con prejuicio a la literatura de género es síntoma de estrechez de ideas. Una novela de terror, o un thriller o un wéstern pueden ser una alegoría que nos habla de ideas y problemas muy reales y actuales.

–¿Los terrores infantiles son inspiradores?

–Al menos en mi caso, mucho.

–¿Qué wésterns le marcaron a fuego en la infancia?

–Los álbumes de «El teniente Blueberry», con guion de Charlier e ilustraciones de Giraud, sobre todo.

–¿La «mudanza de los afectos» ayuda a ordenar la memoria?

–Es una forma de ganar serenidad.

–¿Lo inexplicable ayuda a explicar muchas cosas?

–La persecución de lo inexplicable te puede llevar a la respuesta de otras preguntas importantes.

–¿Que un protagonista se llame como usted implica un signo de autoficción?

–Toda obra literaria que sea sincera es, en parte, autoficción.

—T.P., La Nueva España, 17 de febrero de 2023