cabecera 1080x140

Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Nostálgicos de la era punk – El Diario Montañés – 3 de marzo de 2023

Del She loves you de los Beatles a You never can tell, de Chuck Berry caben muchas historias fascinantes. Como esta que nos ofrece el irlandés Joseph O’Connor (Dublín, 1963), un alucinante viaje a ese mundo de cuero y gomina que fueron los años ochenta, con una generación absolutamente obsesionada por el rock… y por algunas otras pasiones y sustancias. Con formato de falsas memorias –hay incluso un prefacio, muy realista, a lo Cide Hamete–,  el guitarrista Robbie Goulding nos cuenta la historia de su banda, The Chips, un grupo formado a primeros de los ochenta en Lutton y que durante un lustro tocarían ese cielo de los punkis, tan lleno de espinas. Absolutamente apegada a su época, y sin salirse ni un palmo de la vereda de la verosimilitud, Reyes vagabundosThe thrill of it all (‘La emoción de todo esto’) en el intraducible título original– plantea la vieja historia canónica, tomada del natural: cómo las bandas de rock nacen, crecen, triunfan y desaparecen. Como las cucarachas de los anuncios, veneno incluido, pero haciendo bastante más ruido. Y levantando además encendidas pasiones, que ni siquiera el paso del tiempo puede apagar.

Al final, se trata tan solo –tan poco, pero tanto– de narrar las peripecias de unos «hedonistas de los bajos fondos» que, al intentar comerse el mundo, acaban siendo devorados. Hedonistas, eso sí, que se conocen en la universidad y que arrancan al grito de «La poesía ha muerto». Y entre los que destaca el líder de la banda, Fran Mulvey, un magnético estudiante de origen vietnamita convencido de que no hay nadie como él en el mundo. Y que realmente se convertirá en una celebridad. Todo esto lo cuenta el guitarrista, muchos años después, en unas memorias de encargo que le ha llevado casi una década escribir. Para darnos una visión poliédrica, O’Connor incluye además fragmentos de la última entrevista que concediera Fran, además de algunos documentos muy singulares: las normas internas de la banda o un vocabulario de los términos que utilizaban. Así, a través de la polifonía y el fragmentarismo, la novela cartografía el espíritu de aquellos años alocados, con todas las licencias que otorga la memoria y su caprichosa reconstrucción de los hechos. A destacar, además, la fabulosa banda sonora que la editorial ha reunido en una lista de Spotify. Catorce horas de descargas eléctricas para disfrutar de una novela imperdible para nostálgicos de la era punk.

—Javier Menéndez Llamazares, El Diario Montañés, 3 de marzo de 2023