«Conocí a Goran en un festival de poesía. El cabello había empezado ya a encanecerle; ahora lo tiene completamente blanco, y él alberga la ingenua esperanza de que eso forme parte de su “flamante sex-appeal”, según me comentó una vez». Así arranca el primero de los once relatos que conforman la colección de cuentos Mi marido. En esas líneas, se brinda el tono –irónico, hilarante, despiadado, a veces– de esta historia que se aparta de los finales previsibles y moralistas. En términos generales, el libro resulta sorprendente. A pesar de que el del matrimonio sea uno de esos temas sobre los que parece estar todo dicho, la autora Rumena Bužarovska logra con su mirada implacable, descarada y divertida que sus variaciones sobre las parejas resulten frescas. Nos encontramos aquí con el adulterio, con la extinción del deseo, con sometimientos, con reproches velados, con ataques de celos y accesos de ira, con hombres y mujeres machistas. «Un matrimonio es un matrimonio. Un contrato es un contrato. Sin eso no hay que fiarse», dice uno de los personajes que inmediatamente después de su defensa de la vieja institución se quiere enrollar con una compañera de trabajo, deseosa también de tener un amante. El relato en cuestión se titula «El ocho de marzo» y es una gamberrada absoluta. Otros textos, sin embargo, tienen un registro más amargo. Genes, por ejemplo, deja entrever la pervivencia de odios étnicos y heridas abiertas de la guerra de los Balcanes. Aunque lógicamente las tramas difieren, las once narradoras de Mi marido hablan sin pelos en la lengua de nuestra contemporaneidad. Este libro, que se ha traducido a quince idiomas y ha sido adaptado al teatro, representa, en resumen, un análisis de la vida conyugal que, como señalan desde la editorial Impedimenta, se aventura por los límites que separan la parodia de la tragedia.
Rumena Bužarovska nació en 1981 en Skopje, la actual capital de Macedonia. Es profesora asociada de Literatura Americana en la Universidad de esa ciudad y dirige el proyecto PeachPreach, en el que se visibiliza la literatura escrita por mujeres. Esa inquietud se percibe en Mi marido, que tiene presente la perspectiva de género y discute los roles tradicionales: «(…) soy yo la encargada de servir a los invitados, así que paso la mayor parte del tiempo en la cocina y, cuando encuentro un rato libre para unirme a ellos y conversar, he de sentarme en un taburete y mentir que estoy muy cómoda así. Mientras tanto, él entretiene a las visitas, hablándoles sobre todo de sí mismo». Bužarovska es autora de un estudio sobre el humor en la ficción corta tanto estadounidense como macedonia contemporánea. Además de Mi marido ha escrito otras dos colecciones de relatos. Así mismo, es traductora al macedonio de autores como J.M. Coetzee, Truman Capote o Charles Bukowski.
—Txani Rodríguez, Pérgola, 7 de mayo de 2023