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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

«Arenas movedizas», de Max Mönch, Alexander Lahl y Kitty Kahane

Es precisamente su cuidado por este tipo de elementos lo que pilla a cualquier amante del noveno arte –y de la literatura en general– con la guardia baja para cautivarle desde la primera página.

Sin metáforas ni animales antropomórficos que los representen –como optó Art Spiegelman en “Maus” para abordar el tema del nazismo–, Max Mönch y Alexander Lahl componen, con la ayuda de la ilustradora de cuentos infantiles Kitty Kahane, uno de los mejores textos jamás escritos sobre las dos Alemanias en los días previos a la caída del muro. Y lo hacen gracias a una completa ausencia de pretensiones: la historia, que sigue el canon del mejor cine de espías con todos sus tópicos y lugares comunes –el corresponsal del diario norteamericano en tierras comunistas, las familias divididas por el muro, curas que funcionan como agentes dobles, relaciones sentimentales entre capitalistas y comunistas…–, se explica con una naïveté potenciada por el ingenuo trazo de los dibujos de Kahane –par alemana de nuestros Juanjo Sáez o Saioa Burutaran–. Se agradece el tono ligero, pero no por ello desprovisto de gravedad y didacticismo: Mönch y Lahl ahondan en la cotidianeidad de los habitantes del Berlin Oriental atendiendo a los pequeños detalles –la crema de cacao y avellanas Nudossi, únicamente presente más allá del Checkpoint Charlie, las escuchas clandestinas de los vinilos de los Rolling Stones y Bruce Springsteen, los apasionados besos en la boca que se proferían los líderes comunistas y un largo etcétera– en vez de perderse en grandes discursos a los que el lector ya se ha enfrentado previamente. Es precisamente su cuidado por este tipo de elementos lo que pilla a cualquier amante del noveno arte –y de la literatura en general– con la guardia baja para cautivarle desde la primera página.

Daniel López Leboreiro