El Gobierno rumano comerció durante décadas con su población judía, cambiándola por ganado o dinero. Esto es lo que descubrió la periodista Sonia Devillers mientras investigaba cómo su familia emigrante había llegado a Francia. El resultado es un relato pavoroso sobre cómo un buen número de seres humanos fue intercambiado por mercancía. Eran los exportados.
—Paula Corroto, El Confidencial