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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Iris Murdoch: retrato de la burguesía inglesa un minuto antes de irrumpir la revolución sexual – La Opinión de Málaga – 22 de octubre de 2023

En 1961, justo cuando la revolución sexual estaba a punto de estallar en Estados Unidos y Europa, una Iris Murdoch de algo más de cuarenta años y en la cima de su carrera de escritora, lanza su quinta novela, ‘La cabeza cercenada’, una satírica comedia que supone un avant la lettre de esa revolución sexual que se avecinaba y que, entre otras cosas, dejaría al descubierto la civilizada fachada tras la que se acomodaba la burguesía londinense. Sin abandonar su refinado estilo intelectual, Murdoch nos habla en su novela de aborto clandestino, de incesto, de intercambio de parejas, menage a troi, de adulterio y de cuernos, muchos cuernos, entre un grupo de hombres y mujeres de la clase acomodada británica que no se reprimen sabiéndose resguardados aun por esa fachada de moral convencional.

El novelista británico William Sutcliffe, con ciertas dosis de exageración y humor, afirmaba que «de todas las novelas sobre mucha gente follándose a mucha otra gente, esta es probablemente la mejor, y ciertamente la más extraña. Con menos filosofar y más sexo que los otros libros de Iris Murdoch, es un placer ver a esta maravillosa escritora soltarse el pelo (y las bragas)».

Pero más allá de este jocoso comentario, la novela de Murdoch es soberbia y digna de elogio por su complejidad, su inteligencia, su valentía temática; una obra con suficiente integridad para ser leída por placer más allá de su época, y que todavía ofrece un modelo al novelista contemporáneo de audacia imaginativa y seriedad filosófica. Por encima de otras cosas. Y esto es así porque, disfrazada de comedia divertida y transgresora, ‘La cabeza cercenada’ ofrece un mensaje central de hondo calado: que el amor entre hombres y mujeres, a menudo, no es generoso ni desinteresado, sino rencoroso, codicioso y no es un juego al que pueden jugar los débiles de corazón.

Martin Lynch-Gibbon, era un empresario que regentaba la empresa familiar de vinos. Casado con Antonia, con quien tenía una relación de conveniencia, que impedía la posibilidad del divorcio, tenía en Georgie, una profesora universitaria de Economía, su amante ideal; ambos se querían. Ella tuvo que abortar clandestinamente. Con Antonia no le iba mal, tenía una relación satisfactoria, salvo el no tener hijo, pero se creía con derecho a tener una amante.

Martin es un tipo algo disoluto y pusilánime que se ha ido acomodando a lo que la vida le depara. Antonia, varios años mayor que él, es una mujer hermosa y admirada; apasionada y vehemente. Ha iniciado sesiones de psicoanálisis y ha puesto su admiración en el psicoanalista Palmer Anderson, un tipo exquisitamente cultivado con el que engaña a Martin. Éste, por su parte, las necesitaba a las dos y mantenía un nivel de autoengaño esencial para una farsa prolongada y fructífera.

Una tarde al volver del psicoanálisis, Antonio le confiesa a Martin que está profunda y perdidamente enamorada de Palmer y le pide el divorcio pues estima que su matrimonio está estancado.

La pérdida de Antonia fue para Martin la perdida de la calidez y la seguridad. Pero la nueva pareja «adopta» a Martin para protegerlo. Cuando Antonia y Palmer se enteran de la existencia de Georgie, le requieren a este para su cuarteto.

Apareció entonces como un sobresalto la figura de la doctora Honor Klein, la hermana del Palmer. Adusta, poco agraciada, sin apenas encantos aparentes, su presencia da un giro inesperado a la vida de Martin. Poco a poco, a través de encuentros fortuitos e incluso desagradables, en uno de los cuales llegó a golpearla, Martin fue adquiriendo primero curiosidad, luego interés hasta finalmente darse cuenta de que estaba «desesperada, irrevocable y dolorosamente enamorado de Honor Klein». Esta lo rechaza, cree que lo que el siente es solo fascinación, como la que  sienten las tribus primitivas por las cabeza cercenada, a las que ungían de aceite y les ponían un pedazo de oro sobre la lengua para que formularan profecías.

A partir de aquí Murdoch imprime diversas vueltas de tuerca a la narración que de forma vertiginosa va dejando al descubierto las aventuras amorosas de sus protagonista. Martin, al ir en búsqueda de Honor Klein, descubre la relación de incesto que mantiene con su hermano el psicoanalista; esto provoca que Antonia vuelva con su esposo; Giorgie anuncia que se casará con Alexander, el hermano mayor de Martin, pero intenta suicidarse. Los enredos de adulterios y cuernos no acaban aquí y proporcionan un final de la historia sorprendente y muy del gusto de Murdoch.

Como siempre, el trabajo de Murdoch resulta refrescantemente directo y honesto, arriesgado y divertido y convierten a ‘Una cabeza cercenada’ en una de las grandes novelas sobre el desconocimiento de los demás, por muy próximos que estén.

Y como siempre con Iris Murdoch, las aparentes simplicidades morales resultan ambiguas o inciertas, siempre hay conflictos morales de difícil solución, como los que plantea en esta novela que interroga sobre las  heridas que inflinge el amor cuandoeste se convierte en un juego en manos de irresponsables.

—Javier García Recio, La Opinión de Málaga, 2023