Poniéndonos innecesariamente didácticos y homenajeando de manera velada la sensibilidad con la que Fernando Fernán Gómez dignificaba la memoria histórica en aquella memorable encarnación de un maestro de escuela republicano, parece que este 2023 nos ha demostrado que siguen siendo los libros, como pronuncia en un momento de «La lengua de las mariposas», el mejor refugio para que nuestros sueños no se mueran de frío. O al menos así lo han demostrado algunas de las publicaciones salvíficas, redentoras, novedosas, reflexivas, sardónicas y perdurables publicadas a lo largo del año de las que ahora, en obligatorio ejercicio de selección subjetiva, elegimos un total de diez. Sirva este balance ya no solo para recopilar algunos de los mejores títulos sino también como incentivo para ir a por aquellos que no haya dado tiempo a leer estos meses o que nos hayamos quedado con ganas de regalar a nuestros seres queridos. Porque pocas cosas pueden seguir resultando más lógicas y efectivas que el regalo de la palabra. (…)
‘Los comienzos’ es el big bang del universo narrativo de Antonio Moresco, un clásico moderno que inaugura uno de los ciclos narrativos más brillantes e inclasificables de la literatura europea actual: la trilogía Giochi dell’eternità. Esta obra consolidó a Moresco como uno de los grandes escritores contemporáneos en lengua italiana; su ambición conceptual y su incomparable dominio de la lengua le han valido merecidas comparaciones con Joyce, Proust y Cărtărescu. El protagonista sin nombre de Los comienzos es seminarista, revolucionario y escritor; vive con los ojos eternamente entrecerrados; sabe ver lo que no está pero sí existe. En una vertiginosa sucesión de lugares y acontecimientos vislumbrados, en una metamorfosis que nunca acaba, vive al mismo tiempo una y tres vidas, narradas con una riqueza de imágenes inagotable y una prosa deslumbrante e hipnótica. La poesía, la comedia y la tragedia se entremezclan en una vorágine incontenible que asimila el absurdo de la existencia para reivindicar su hermosura. (…)
—Marta Moleón