En la estimulante bibliografía de la autora francesa Catherine Meurisse (Niort, 1980) conviven obras autobiográficas de carácter confesional, con las que intenta explicarse a sí misma y su lugar en el mundo, con otro tipo de álbumes en los que trata de aplicar, siempre con ánimo didáctico, su vasto conocimiento sobre arte y literatura al mundo del cómic. “Humana, demasiado humana” (2022; Impedimenta, 2024, traducción de Rubén Martín Giráldez) se inscribe en una tercera vía, en la que prueba con éxito a difuminar las barreras entre su doble alma historicista e historietista. La obra compila sin más aditamentos las colaboraciones a doble página que realizó con carácter mensual para ‘Philosophie Magazine’ desde septiembre de 2017. En cada una de estas 46 entregas la autora inserta a un filósofo y/o pensador de renombre en un escenario cotidiano, con frecuencia extemporáneo, en el que declama las máximas de su pensamiento, al tiempo que expone sus inseguridades y contradicciones.
La maniobra no es del todo nueva. Meurisse ya había confrontado las grandezas y miserias de primeras espadas del mundo de las letras en “La comedia literaria” (2008; Impedimenta, 2016). En “Humana, demasiado humana” repite esta mezcla de erudición y socarronería, con una importante diferencia. La autora francesa, especialista en captar los elementos más groseros y grotescos de la cotidianeidad, se desdobla como personaje de ficción para apostrofar con aliento socrático y caricaturizar –con ese desparpajo en el trazo tan engañosamente sencillo– a estos tótems intocables, introduciendo un necesario contrapunto femenino en un terreno que estuvo vetado a las mujeres durante siglos, lo que explica la sobreabundancia de ilustres misóginos como Diderot, Nietzsche o Proudhon. Un enfoque que invita a repensar la filosofía y mitología de género en clave feminista –la autora nunca había sido tan explícita en este terreno como hasta ahora– y en el que mitos caducos como el de Don Juan son ridiculizados sin piedad.
En este agudo intercambio de golpes dialécticos, con momentos de pura screwball comedy, Meurisse se reivindica como orgullosa heredera del cronismo ácido de su admirada Claire Bretécher, recuperando la sarna vitriólica que exhibió la propia Meurisse durante su militancia en ‘Charlie Hebdo’. Para muestra, su ingeniosa relectura del mito de la caverna de Platón en la que las personas no parecen tener prisa ni intención de asomarse al mundo real, porque su libre albedrío ha sido secuestrado por el algoritmo de Netflix. En “Humana, demasiado humana”, dispara a conciencia sobre el turbocapitalismo –un concienzudo recorrido por una exposición dedicada al teórico de la sociedad de consumo, Jean Baudrillard, que acaba en una tienda abarrotada de memorabilia sobre el autor– y el culto al ego, con ese Blaise Pascal que tuitea desaforadamente sus aforismos con el único objetivo de llegar a una cifra aceptable de likes o el local de stand-up comedy en el que los filósofos sueltan sus ocurrencias. Un delicioso e irreverente bestiario que refrenda la obsesión autoral de Meurisse de dinamitar de una vez por todas el sanctasanctórum de la alta cultura.
—Javier Pulido