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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

«Los comienzos», el curioso caso del escritor que escribió un libro sentado en el váter… y triunfó — El Correo — 17 de febrero de 2024

Hay quien le compara con James Joyce o Marcel Proust, lo que da pistas de que no estamos ante un escritor ‘fácil’. A sus casi 77 años, el italiano Antonio Moresco ha logrado cierto reconocimiento de la crítica literaria, aunque está por ver si el favor del público.

Seminarista, revolucionario, autor ‘maldito’… Moresco (Mantua, Italia, 1947) acaba de ver editada en España -de la mano de Impedimenta- ‘Los comienzos’, primera entrega de una trilogía titulada ‘Juegos de la eternidad’ (‘Giochi dell’eternità’), en la que ha empleado 35 años de su azarosa vida.

Esta primera obra, de 672 páginas, fue publicada en Italia en 1998, cinco años después de que Moresco lograra poner fin a un desalentador periplo por el mundo editorial, en busca de quien editara su libro ‘Clandestinità’. Lo consiguió después de 15 años tocando las puertas de unas 60 editoriales.

Cuando le publicaron ‘Los comienzos’, que tardó en escribir 14 años, tenía 51 y una vida que novelar. Porque de eso va el libro, que traza la historia de un protagonista -clara y explícitamente inspirado en el propio Moresco- que «se enfrenta sin brújula ni mapa a los tiempos que le tocan vivir», según la reseña de Impedimenta. Se trata de «un viaje intelectual a los infiernos a través de la tríada religión/revolución/arte». Las tres dimensiones en las que precisamente se ha movido Moresco durante toda su vida.

El autor fue seminarista, aunque abandonó los estudios para unirse a la efervescente izquierda revolucionaria en la Italia de aquella época. El «vacío» que le procuró esta etapa de su existencia le empujó hasta la tercera dimensión: la artística y de conocimiento. Según sus propias palabras, un romántico alemán del siglo XIX lo habría presentado como personificación de las tres categorías del espíritu humano: sacerdote, soldado y artista.

Cuando empezó a dar forma a ‘Los comienzos’, Moresco vivía en un pequeñito piso en las afueras de Milán. Y escribía, según ha revelado a ‘El Confidencial’, encerrado por la noche en el diminuto váter de la casa, con un cuaderno entre las rodillas, para no molestar a su familia.

En un primer momento ‘Los comienzos’ no fue entendido, ni por la crítica ni por el público. Y eso que la persona encargada de leer el borrador y de emitir su opinión -el también escritor Tiziano Scarpa- se rindió ante una «obra maestra, pura materia narrativa».

No fue hasta su reedición en Italia, ya en 2011, cuando logró un mayor reconocimiento. Digamos que Moresco había logrado la consideración de autor de culto, maldito, o cualquiera de esas categorías que despiertan el interés o el morbo de críticos y lectores.

Dice Impedimenta sobre ‘Los comienzos’: «Es el big bang del universo narrativo de Antonio Moresco, un clásico moderno que inaugura no de los ciclos más brillantes e inclasificables de la literatura europea actual: la trilogía ‘Giochi dell’eternità’». Y continúa: «Una vertiginosa sucesión de lugares y acontecimientos vislumbrados, en una metamorfosis que nunca acaba, vive al mismo tiempo una y tres vidas». Narradas con una «riqueza de imágenes inagotable y una prosa deslumbrante e hipnótica».

Independientemente de su calificación artística, ‘Los comienzos’ y, por extensión, toda la trilogía, responde a la necesidad de exorcizar los demonios internos de un hombre con una vibrante existencia, y que encontró la inspiración sentado en la taza de un váter.

—Jorge Murcia