(…) Si la inglesa Claire Fuller («Naranjas amargas», «Tierra inestable») no ha entrado en su radar literario, se ha privado de una analista excepcional de turbulencias emocionales donde los espacios y ambientes parecen ser extensiones de las tribulaciones que afligen a sus criaturas. «En la memoria de los animales» (Impedimenta) juega de forma muy personal con la novela distópica, y de alguna manera aviva el fantasma de la covid imaginando un desenlace mucho más catastrofista, con el retrato de una bióloga que se ofrece voluntaria para una vacuna experimental y que acabará accediendo a un dispositivo que le permite viajar al pasado. Su disyuntiva –refugiarse en una memoria cálida, pero paralizante, o luchar en un presente devastador, pero en el que subyace la posibilidad de reconectar con la vida– y la forma en que la autora piensa en el mundo animal nos golpean con fuerza.
—Antonio Lozano