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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

«No voy a ninguna parte» es la segunda novela de la escritora macedonia Rumena Bužarovska, y sigue la línea de su anterior libro «Mi marido», explorando la vida cotidiana con un enfoque punzante.

–¿Hubo alguna chispa que la inspirara a escribir esta nueva colección de relatos?

–Estaba sentada en mi coche. Era un día de primavera en mi barrio, es muy verde y está lleno de bosque. Dos chicas pasaron delante de mí, tenían unos doce o trece años y dijeron una frase en inglés que significa: “No puedo esperar a salir de esta mierda de sitio”. Entonces, pensé que es trágico que incluso las generaciones jóvenes tengan ese deseo de salir pese a vivir en un buen sitio y ser clase media, piensan que la vida está más allá. Me interesa mucho el complejo de inferioridad que tienen las personas que viven en Europa del Este, y también el complejo de superioridad que tienen los macedonios sobre la otra Europa. Vi ese complejo de inferioridad en estas dos chicas jóvenes, perfectamente vestidas, en un barrio privilegiado.

–Los personajes de sus cuentos parecen atrapados en situaciones contradictorias y muchas veces absurdas. La crítica califica su humor como afilado y desestabilizador. ¿Cree que esa tensión entre lo trágico y lo cómico define su escritura?

–Me encanta que la tragedia y la comedia definan mi escritura, porque es el tipo de literatura que a mí me gusta. De hecho, hace poco ha sido el centenario del nacimiento de Flannery O’Connor y aprendí mucho de utilizar la comedia y la tragedia a través de lo que leí. Creo que el humor es una cosa maravillosa y un regalo para la humanidad. En un sentido literario, me gusta mucho compensar la tragedia con la comedia para evitar el sentimentalismo y en el sentido del mundo en el que vivimos, la comedia y la tragedia dialogan todo el rato, sobre todo en Estados Unidos.

–En sus relatos, y en sus palabras, la felicidad parece inalcanzable tanto para quienes se van de su país como para quienes se quedan. ¿Es esta una visión pesimista o simplemente realista del mundo actual?

–Creo que es una visión realista y para ser felices debemos afrontar nuestra realidad. En mi faceta como activista soy optimista y utilizo la retórica del lenguaje, pero creo que no puede haber ningún progreso si no te enfrentas a la verdad.

–Sus libros han sido celebrados por su mirada crítica a la sociedad contemporánea. ¿Cómo ve el papel de la literatura en reflejar estas cuestiones?

–La literatura tiene un papel importante en reflejar la sociedad y siempre lo ha tenido. Es una de las cosas que puede cambiar nuestra visión sobre nosotros mismos y sobre la vida. Es una posibilidad, pero no es un deber. No creo que todos los que leen tengan que cambiar a través de la literatura. Es un espejo de la sociedad y en ese sentido, es un archivo de los tiempos en los que vivimos , y creo firmemente que la literatura siempre debe reflejar qué está ocurriendo.

–Por último, sus relatos han sido descritos como un manual de supervivencia para la vida moderna. Si tuviera que dar un solo consejo basado en sus cuentos, ¿cuál sería?

–Simplemente, lucha.

—Guadalupe Marugán Jiménez