Original. Deslumbrante. Fascinante. Hemos de recurrir a estas palabras para definir El hombre que hablaba serpiente la especial novela de Andrus Kivirähk, el fenómeno nórdico del momento. Y es que esta obra, ya desde las primeras páginas, atrapa sin remisión, recordándonos a los clásicos de ficción de siglos pasados. Una obra que degustarán todos los amantes del género épico y de fantasía.
Una obra épica que bebe de todas las fuentes imaginables, desde la mitología a las obras contemporáneas de ciencia ficción, y que nos relata los días finales de una fascinante civilización abocada a extinguirse.
Unos osos lujuriosos que seducen a las mujeres, un piojo gigante con cierta inclinación por la natación, un sapo volador y una carismática víbora llamada Ints son algunos de los seres que protagonizan las sorprendentes maravillas de este alarde de imaginación que nada tiene que envidiar a los textos de Sjón, Tolkien o Twain.
El bosque se ha quedado vacío. Apenas se encuentra uno con nadie, quitando, por supuesto, los escarabajos peloteros. A ellos no les afecta nada, o al menos esa impresión da, porque siguen zumbando y silbando igual que siempre. Ellos no han cambiado. Vuelan, buscan a alguien para picarle o sorberle la sangre, o bien le trepan a uno por los pies, con aire despreocupado, si se entromete en su camino, y se quedan allí aleteando furiosamente, adelante y atrás, hasta que se les da un pisotón o se los espanta. Su mundo es el mismo de siempre, pero ni siquiera este va a seguir existiendo como hasta ahora. Es cierto, ¡está al caer la hora de los escarabajos! Yo, por supuesto, no lo voy a ver. Ni yo ni nadie. Pero esa hora llegará: no me cabe ninguna duda.
El hombre que hablaba serpiente narra la fantástica y conmovedora historia de Leemet, un muchacho que vive en el bosque con su familia de cazadores-recolectores y que es, además, el último hablante del serpéntico, un idioma ancestral que le permite comunicarse con los animales. Lamentablemente, a medida que la gente del lugar se traslada a las aldeas, donde se dejan la vida arando la tierra y comen un pan que a Leemet le parece lo más terrible que haya probado jamás, el bosque se va vaciando y sus últimos habitantes tendrán que encontrar un modo de sobrevivir.
La escritura de Kivirähk es a la vez delicada y franca, infantil y sarcástica. ¿Cómo describir el libro? Imagina que es el fin del mundo, y Tolkien, Beckett, Mark Twain y Miyazaki (con las sagas islandesas y el cómic de Asterix debajo de sus brazos) se han juntado en un camarote para beber y contar historias alrededor de la última hoguera que jamás verán.
Andrus Kivirähk (Tallin, 1970)
Es escritor, dramaturgo y periodista.
Andrus Kivirähk se licenció en periodismo en la Universidad de Tartu. Su libro Rehepapp ehk November, que fue publicado en el año 2000, vendió más de 32 000 ejemplares, convirtiéndose en el título más exitoso de la literatura estonia. Desde 1990 forma parte de la Sociedad de Estudiantes de Estonia, y desde 1996, de la Unión de Escritores Estonios. Kivirähk fue reconocido por el Gobierno de su país en 2015 como una de sus figuras culturales más influyentes. Desde entonces ha sido galardonado con numerosos premios tanto dentro como fuera de sus fronteras, entre los que destaca Le Grand Prix de l’Imaginaire por El hombre que hablaba serpiente a la mejor novela extranjera publicada en Francia.
JAVIER