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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Una mansión gótica para una sátira sobre la avaricia

Que en el abovedado sótano de la mansión De­lorme, a las afueras de Montréal, se alberguen una cámara acorazada, una momia de mujer cuyas mandíbulas aprisionan un ladri­llo de arcilla y, dentro de él, una gastada moneda victoriana no ese! menor delos ga…

Que en el abovedado sótano de la mansión De­lorme, a las afueras de Montréal, se alberguen una cámara acorazada, una momia de mujer cuyas mandíbulas aprisionan un ladri­llo de arcilla y, dentro de él, una gastada moneda victoriana no ese! menor delos gan­chos que atraparán al lector que se adentre en La cámara verde. No. Porque lo an­terior, como las casi 250 páginas que lo arropan, es narrado por la propia mansión, que, además, tiene poderes para abrir y cerrar a su antojo puertas y ventanas. Sólo con estos dos rasgos es fácil adivinar que la quinta novela de la canadiense Martine Desjardins (1957) es una cumbredehumor negro y goticismo. Añadan que jamás ha­brán conocido una familia más tacaña que los Delorme, ni más poseída por instin­tos asesinos, y se adivinarán ante una de las más escalofriantes y divertidas sátiras sobre la avaricia y el culto al dinero que se puedan llevar a los ojos. Muy fuerte.

EUGENIO FUENTES