Si hablamos de literatura checa enseguida pensamos en Kafka y Kundera pero, como es lógico, esta Literatura no se ciñe a estos dos maestros sino que hay otros nombres a tener muy en cuenta. Uno de ellos es Jirí Kratochvil a quien Impedimenta ha publicado su novela titulada Buenas noches, dulces sueños.
Aunque la coyuntura temporal de la misma transcurre durante la Segunda Guerra Mundial no es una novela más sobre ella. Como está sucediendo con otras muchas, también en esta novela se nos muestra cuál era la situación de la población civil durante la contienda. Concretamente, conocemos cuál fue la de Brno, una ciudad de la antigua Checoslovaquia. Ciudad que está atravesando una peculiar situación; media parte de la misma ha sido ya liberada, el resto sigue ocupada por los alemanes que combaten contra los soldados soviéticos. En medio de todo este caos, un curioso grupo de personas, formado por actores lisiados, va a tratar de sobrevivir. Son unos personajes que impactan al lector, que sacan lo mejor de sí mismos, unas ganas enormes por sobrevivir y recuperar la libertad.
Por medio de ellos, además, vemos qué era lo que pensaba la población civil. Para los checos, y eso sorprende, igual de enemigos eran los alemanes como los judíos. El pueblo de Brno está feliz porque los rusos van a liberarles de los alemanes pero ello no significa que quieran que vuelvan los judíos. Esta actitud llama la atención.
Jirí Kratochvil logra que el lector se involucre. La verdad es que me ha sorprendido mucho este autor. Reconozco que esta novela no es para todos los lectores porque no tiene mucho diálogo. Sin embargo, si eres uno de esos lectores que disfrutan con los párrafos descriptivos esta novela es de las que te van a gustar. Ha sido mi caso. Es más, creo que la novela, su trama, necesita de esta estructura para poder conocer mejor todos los detalles que nos ofrece sobre todo los relativos a los personajes. Tanto Kuba como el resto quedarían pobres si el autor se hubiese limitado a llenar páginas y páginas con diálogos. Es verdad, que estos aligeran la lectura y dan ritmo a la trama pero en el caso de esta novela no es una condición vital.
Buenas noches, dulces sueños muestra de lo que es capaz el ser humano por sobrevivir. Lo que hace este grupo de actores es hermoso y tiene su parte triste también ya que te los imaginas interpretando sus papeles entre las ruinas y el olor a pólvora. Por ello, esta novela rebosa humanidad. Es una novela muy realista, llena de sentimientos y sensaciones.
Jirí Kratochvil es un buen escritor. Se le ha comparado con Kafka pero creo que tiene su propia personalidad. Es un buen ejemplo del elevado nivel que tiene la Literatura checa actual. Su prosa es clara, elegante, directa. Poco a poco va atrapando al lector y sumergiéndolo en la trama de la novela. Una lectura que recomiendo al cien por cien. No sólo tienes la garantía de disfrutar de una buena novela sino que, además, esta tiene la calidad que impregna Impedimenta a sus publicaciones.
Ysabel M.