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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

«Damas oscuras»

Pese a que disfruto sobremanera los relatos victorianos de fantasmas, apenas conocía un par de ellos salidos de la pluma de una mujer. Y no es que escaseen escritoras de ese periodo que hayan cultivado esta temática, precisamente. Recientemente he llenado esta laguna pendiente y no podría haber salido más satisfecho de semejante experiencia.

Empecemos dando un poco de contexto histórico. A lo largo del siglo XIX, la sociedad anglosajona experimenta un gran interés hacia lo oculto y los temas espiritistas. Durante el reinado de Victoria, de hecho, las historias sobre apariciones de ultratumba son tremendamente populares. En ese ambiente, muchas mujeres empiezan a publicar cuentos de fantasmas. Damas oscuras recopila un total de veinte de esos cuentos; cuentos de escritoras de habla inglesa, tanto británicas como, en menor medida, estadounidenses. Estas historias están ordenadas cronológicamente, lo cual permite al lector hacerse una idea general de la evolución histórica que sufrió el género; concretamente, la antología abarca del año 1830 hasta el 1900. A la visión panorámica que genera este libro hay que sumarle otro atractivo: la variedad de su propuesta. Esta variedad se plasma en aspectos más superficiales, como la cambiante extensión de los cuentos (algunos podríamos considerarlos una nouvelette, otros no llegan a las cuatro páginas) o la perspectiva desde la que son narrados. La mayoría de cuentos, por ejemplo, están relatados en primera persona por alguien que vivió lo sucedido o al que se lo explicaron. También hay, pero, formatos completamente distintos: algunas historias narradas en tercera persona y hasta una de modo epistolar. La figura del fantasma es abordada también de distintos modos: los hay pura y genuinamente malvados, otros de intenciones más ambiguas, y aquellos que son pobres almas condenadas. El tono de algunas historias, en consecuencia, es o sombrío o trágico; en no pocos cuentos, además, podemos hallar un enfoque más distendido o hasta decididamente cómico de dichas entidades. ¡Ah, cierto! Mi historia favorita es “La oración”, de Violet Hunt. Allí podemos apreciar a un fantasma que no se corresponde a ningún estereotipo en absoluto.

Estos cuentos, en definitiva, son altamente recomendables. Sobre todo si te gustan aquéllos de autores como M. R. James o Charles Dickens. Y es que estas damas oscuras nada tienen que envidiar a sus contrapartes masculinas.