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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Jon Bilbao indaga en la soledad con los relatos de «El silencio y los crujidos»: «Los solitarios hoy son sospechosos»

El escritor Jon Bilbao indaga en la soledad con su «tríptico» de relatos El silencio y los crujidos (Impedimenta), tres historias protagonizadas por personas de distintas épocas que tratan de vivir apartados de la sociedad, aunque hoy en día «sean vistos como sospechosos».

«Los personajes que aparecen en este libro a día de hoy son excepciones. No es que la sociedad quiera eliminar a los solitarios, pero sí que los ve con gran sospecha en un mundo tan interconectado donde todos dependemos de todos: si una persona decide dar la espalda e irse sin una justificación comprensible para todos, esa actitud puede verse casi como un insulto», ha explicado en una entrevista con Europa Press el escritor asturiano.

De hecho, para Bilbao al insulto le sigue la «sospecha», puesto que si alguien quiere estar solo es «porque hace algo que no quiere que se vea». «Esa actitud hacia lo solitario me interesaba mucho y por eso hay otros protagonistas, que hacen de cortafuegos para evitar el asalto a la intimidad de otros», ha señalado.

En El silencio y los crujidos se cruzan tres historias con un solo protagonista: Juan. En la primera, un estilita en Constantinopla —el germen del resto de relatos— busca una soledad que no puede encontrar debido a la dependencia con sus seguidores, que son quienes le aprovisionan de comida.

En el segundo, un biólogo abandona a su pareja para investigar en una solitaria isla entre Venezuela y Colombia a una especie autóctona de ranas que podría llevarle a la fama en el mundo científico, mientras que en el tercer relato se trata de un hombre que desarrolla una web que le permitirá ganar mucho dinero a cambio de entrometerse en la intimidad de otras personas.

Bilbao ha justificado la decisión de llamar a los tres protagonistas como Juan en el hecho de buscar «un nombre muy común». «Cuando me estaba documentando acerca de los estilistas me di cuenta de que muchos de ellos se cambiaban su nombre real en homenaje a Juan Bautista, y me gustó, era sonoro y reconocible», ha indicado.

Al igual que en otras obras suyas, de nuevo el autor escribe sobre personajes con una conducta «oscura». «Mis personajes sienten una inquietud que no surge de ningún objeto o circunstancia ajena a ellos, sino que está en su propio interior. Al ser indefinida para ellos, no son conscientes de ser los verdaderos culpables», ha señalado Bilbao.

LA SOLEDAD DEL CARPINTERO

En esta obra surgen otros temas como el de la religión en el caso del estilita –«en su caso, la religión no es una respuesta a la soledad, es una disculpa», ha apuntado–, la cohabitación con otras especies diferentes al ser humano —con un personaje «con atrofia sentimental»— o incluso la ‘tecnofobia’ que ya se aborda en series como Black Mirror —aunque Bilbao ha apuntado que no la tuvo como referencia en el proceso de escritura—.

Por último, el autor asturiano también se ha referido a otra forma de soledad, la que afronta el escritor frente a la hoja en blanco. «La soledad ayuda para el escritor porque se requiere mucho tiempo y concentración, pero no creo que tenga que ser mitificada: hay muchas otras profesiones que la requieren, pero no se habla de la soledad del carpintero, por ejemplo», ha concluido.