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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Extraños en el mundo

Los herederos de Kafka

Uno de estos temores actuales, el de la soledad, unifica los tres relatos que conforman El silencio y los crujidos, quinto volumen de cuentos de Jon Bilbao, cuyo libro anterior, también publicado por Impedimenta, Estrómboli, fue aclamado, y creo que con razón, por la crítica. Junto a la soledad, el magnífico estilo sostenido y un personaje, de nombre precisamente Una, que se metamorfosea en anciana criada, enorme anaconda vieja o lolita tentadora, hermanan las tres historias, que en realidad lo son sobre la extrañeza ante el mundo y prueban la capacidad poco común de Bilbao de apurar y sacar adelante con solvencia argumentos arriesgados en extremo. Como tales pueden considerarse el drama de haber tenido éxito en los negocios, gracias a un buscador web muy peculiar, de contenidos audiovisuales centrado en el porno, con anzuelo, de un emprendedor vasco que intenta buscar refugio, de espaldas al mundo, en una torre medieval menorquina; la revisión de las parábolas de los estilitas tipo ‘Simón del desierto’ de Buñuel, su fervor de aproximarse a Dios con la pureza que se alimenta de la renuncia a lo terrenal, sus tentaciones, sueños y revelaciones, su quietismo; o la tragedia angustiosa de un biólogo al que depositan desde un helicóptero en un tepuy –tocón mesetario elevado sobre la selva–, en concreto en la cima cuasi plana de unas treinta hectáreas, herbazal lleno de orquídeas y plantas carnívoras, con charcas gigantescas, del cerro Autana, que ningún hombre ha pisado nunca, en la selva venezolana cercana al Orinoco, con la intención de investigar sobre una especie desconocida de ranas que «los indios le habían trocado al final de un aburrido regateo». Las tres fábulas constituyen un verdadero ‘tour de force’ en su desarrollo y cuentan con inesperadas vueltas de tuerca según avanzas las tramas.

Fermín Herrero