Es Los Liszt una historia que nos habla de los límites de lo metódico, que nos impiden ver cosas que tenemos delante de nosotros. Y también una invitación a disfrutar del sinsentido de la vida, como hacen dos de los protagonistas de la historia tras bombardearse a preguntas existencialistas que nos recuerdan inevitablemente a las que se hacen nuestros hijos pequeños, que son una fuente inagotable de filosofía.