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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

«Los juicios de Rumpole»

Dada mi gran afición por la literatura inglesa y la novela policíaca, tuve mucho interés por las novelas del escritor John Mortimer, obras que la editorial Impedimenta ha tenido el acierto de traernos. La primera en rescatar fue Los casos de Horace Rumpole, abogado (una lectura que tengo pendiente) y, hace nada, publicaron la segunda: Los juicios de Rumpole. Pero, ¿quién es Horace Rumpole?

Rumpole fue el personaje creado por John Mortimer basándose en la figura de su padre, quien fue un prominente abogado penalista, que siguió ejerciendo incluso tras quedarse ciego. El propio Mortimer, también fue abogado penalista, así que sabe de lo que habla, y tal fue el éxito de su personaje Horace Rumpole que se acabó convirtiendo en una exitosa serie de televisión que le reportó gran prestigio como escritor y riqueza.

En Los juicios de Rumpole, nuestro abogado protagonista nos relatará seis de sus casos más sonados o que mayor repercusión a nivel personal tuvieron para él: un cura acusado de robar camisas en un centro comercial, una actriz encontrada aferrada al arma humeante con la que han disparado a su marido, el líder de un partido fascista al que se achaca un delito de odio, un joven al que una identificación errónea puede llevar a la cárcel por asesinato, un profesor que se toma demasiadas libertades con una de sus alumnas y una familia de delincuentes profesionales a los que la policía no quita el ojo de encima.

Todos y cada uno de estos casos, nos son narrados con un exquisito humor inglés y una prosa que se vuelve adictiva a pesar de la sencillez de los casos. Más que con intriga, nos toparemos con un astuto abogado que usará todas las triquiñuelas legales a su alcance para tratar de liberar a sus clientes de tan terribles cargos. Si son éstos culpables o no, eso es algo que no compete a Rumpole. Su autor aprovecha para hacer una realista sátira del trabajo de los abogados y jueces, donde sin paños calientes, se muestra que están más interesados en, por ejemplo, hacer tratos rápidos para que el juicio dure poco y poder irse de vacaciones, sacar a sus clientes en libertad con métodos legales pero quizá poco honestos o, en el caso de algunos jueces, tener clara la sentencia antes de haberse celebrado el juicio. La palabra justicia, es sólo un chiste en los juzgados de Rumpole y una casualidad.

Pero, como telón de fondo a cada uno de los divertidos juicios de nuestro ilustre abogado, estarán las historias personales del resto de letrados con los que Rumpole comparte bufete, donde deberá enfrentarse a prometidas poco aconsejables, amigos que cambian la toga negra por la púrpura de juez, noviazgos entre compañeros, infidelidades y, de vuelta a casa, se las verá con la más dura de sus rivales, su mujer Hilda, o como él la llama: Ella, la que Ha de Ser Obedecida.

Las historias de Rumpole se encuadran en los setenta, así que es inevitable que haya cierto tufillo machista. Aunque nuestro protagonista, es bastante progresista dada la época. A su autor, no le tiembla el pulso en mostrar casos donde se mete un poco con la hipocresía de algunos miembros de la Iglesia, o muestra su aversión por los grupos de extrema derecha, o contra el racismo.

Otro aspecto que quiero destacar, antes de que se me olvide, es la exquisita encuadernación y maquetación llevada a cabo por la editorial Impedimenta. Los libros están encuadernados en tapa blanda, con sobrecubierta, e incluyen una lámina que es un reproducción en miniatura de la propia portada. ¡Una preciosidad! Pero la cosa mejora, porque al quitarle la sobrecubierta, desvelamos que la cubierta del libro es una ampliación de la imagen de la portada, desprovista de cualquier título o nombre del autor que la estropee.

Los juicios de Rumpole de John Mortimer son un divertido y muy ameno compendio de casos de lectura muy ágil que me ha ayudado para desconectar de otras lecturas más densas sin tener, por ello, que renunciar a la calidad narrativa que impregnan cada una de sus historias y el fino humor inglés que las acompaña. Durante su lectura, coincidió que tuve que ir un par de veces al médico y me llevé a Rumpole conmigo para que me hiciera más llevadera las largas esperas. En una ocasión, el médico me llamó demasiado pronto y me dieron ganas de cederle mi turno a otra persona para poder seguir leyendo. ¡Mil gracias a la editorial Impedimenta por el ejemplar!