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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

«A la deriva»

En la bahía del Támesis habitan un conjunto de individuos cuyas vidas se encuentran a la deriva, como las de Nenna y sus hijas. Entre estos vecinos, destacan personajes tan singulares como Richard y Laura, que viven en el Lord Jim por decisión de él, ante la insistencia de ella de mudarse a tierra firme; Willis, un viejo artista cuyo barco comienza a agrietarse, y Maurice, que guarda en su barcaza los objetos robados por un conocido. Todos ellos llevan vidas bohemias, alternativas, criticadas por el estilo de vida de la sociedad convencional; todos ellos, cada uno a su manera, viven en la más absoluta falta de orientación.

A la deriva es una novela sencilla, una especie de comedia de costumbres al más puro estilo británico, pero que cautiva al lector desde la primera página. La historia, que no tiene una trama fija, más que un conjunto de anécdotas, se inicia con una cómica reunión de los vecinos a bordo del Lord Jim. Desde el principio, cada uno de los personajes queda retratado con esos caracteres que los hacen tan especiales. La obra entera mezcla esos episodios de humor -a veces son comentarios o situaciones o incluso la perspectiva de las niñas contrapuesta a la de los adultos- con un ambiente sórdido, en tanto que reflejo del interior depresivo de los personajes.

Nenna, la protagonista, es un personaje perfectamente delimitado, con sus dudas y su indecisión, al igual que sus hijas. Martha, la mayor, es una niña astuta y preadolescente que empieza a madurar con un tierno romance infantil; Tilda, la menor, es inocente y graciosa. Son los personajes infantiles los que más agilizan la acción, pues Penelope Fitzgerald diseña niños con una gran madurez, capaces de cuidar de su madre y de llevar una vida sin dependencias emocionales ni temores pueriles. Junto a estos personajes principales tan potentes, la autora diseña todo un coro de personajes secundarios que, frente a lo habitual, están diseñados de tal manera que son todos necesarios para la historia e inolvidables para el lector.

No en vano, A la deriva ganó el Booker Price en 1979 y supuso un cambio en la creación de la autora. Como escritora tardía -empezó a publicar sobre los cincuenta años-, Penelope Fitzgerald se inició con un ciclo de inspiración autobiográfica, al que pertenece esta novela. El estilo de vida bohemio y el hecho de vivir en barcos están inspirados en la vida real de la autora, que vivió en esas circunstancias durante una época de su vida. A la deriva es una novela entretenida, divertida y profunda, ideal para quien busque una buena lectura de verano.

DARÍO LUQUE