Un libro que ejemplifica literal y brillantemente esta transición es Los lobos de Currumpaw de William Grill (Impedimenta, 2016; Loqueleo, 2017). Inspirado en uno de los relatos que integran Animales salvajes que he conocido (1898) de Ernest Thompson Seton, experto cazador devenido pionero de la conservación en Estados Unidos. El joven autor del libro ilustrado, por el que ganó el Bologna Ragazzi Award de No Ficción en 2016, nos sitúa en las amplias llanuras de Nuevo México en las que un lobo gris y su manada son la pesadilla de los terratenientes. Conocido como “Viejo Lobo” o, sencillamente, “El Rey”, este animal, al ver casi extinto su hábitat, se ve obligado a comer ganado, y no hay ranchero que logre detenerlo, por más que hayan ofrecido mil dólares de recompensa, cifra insólita en aquel entonces. Nadie duda que el lobo tiene alguna protección mágica… o casi nadie. El afamado cazador y estudioso de los lobos, Ernest Thompson Seton, está convencido de que él puede detenerlo.
Y aunque parece no haber trampa humana capaz de hacerlo, Thompson Seton emprende un terrible plan que lo marcará para siempre.
Dice William Grill en la última sección del libro: “Seton fue un hombre con un profundo conflicto interior, dividido entre su amor por la naturaleza y su increíble destreza como cazador. Sin embargo, después de la muerte del Rey, algo en él cambió para siempre”. Y así fue que escribió el relato en el que se inspira este libro. Allí se caracteriza a sí mismo como villano, y, al lobo, como héroe, cuenta Grill. Luego se dedicó a proteger a los lobos y a otras especies nativas, fundó los Guardianes Indios del Bosque, pues estaba convencido de que “a través de la promoción e interés en la vida salvaje y la supervivencia se consigue la preservación de la fauna y el paisaje natural”. Más tarde instaura los Boy Scouts en Estados Unidos y forma a muchos otros conservacionistas.
La sencillez y calidez de los lápices de colores que usa Grill y su capacidad de abstraer hechos y trazos esenciales, valiéndose del lenguaje del cómic y el libro álbum, lo hacen un libro notable en el campo informativo y signo del momento que vivimos: sofisticación en la creación de publicaciones para niños y jóvenes e interés por dialogar con el entorno natural de una manera más igualitaria, menos depredadora.