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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Al igual que en el resto de sus escritos, nos encontramos ante un insólito tipo de literatura en la que la realidad y lo onírico se encuentran en el mismo plano y donde no existe un claro hilo conductor ni un argumento clásico. Desbordante desde todos los puntos de vista y sentidos, el narrador, que puede ser el propio autor, recuerda episodios de su vida, sobre todo de su infancia y adolescencia y el mundo que le rodea, que le dan pie para larguísimas digresiones realistas y fantásticas en las que lo más destacado es la precisión detallista, el estilo avasallador, la precisión y exuberancia formal. El despliegue es descomunal, un inusual espectáculo literario repleto de escenas realistas y fantásticas, un viaje hacia las infinitas posibilidades de la literatura. Los recuerdos biográficos se suceden junto con la aparición de numerosas referencias a la Rumanía de la SGM y del inicio del comunismo, con personajes que traspasan deliberadamente los cánones del realismo: «yo no establezco ninguna diferencia entre sueño y realidad», afirma Cartarescu.