SEMANA: ¿Qué la motivó a participar en La Librería?
Emily Mortimer: Se basa en un libro sobre una mujer amable y de buen corazón que trata de hacer algo muy modesto, abrir una librería en un pueblo pequeño. Pero mientras el libro avanza se desencadena una especie de efecto acumulativo. Las influencias que hay en el pueblo y en el establecimiento, esas que no quieren dejar que esta librería abra y que esta mujer cumpla su sueño, salen a flote.
Mi personaje, Florence Green, dice en un momento, «si lo intentamos con insistencia, tendremos que triunfar, claro, porque si a una cosa le damos todo nuestro empeño, no queda sino triunfar». Luego, Milo, un tipo de personaje muy sospechoso que hace parte del grupo malvado de Violet, comenta que «al final lo damos todo y terminamos muriendo así que ¿cuál es el éxito en eso?», expresa una forma muy fatalista de ver la vida. Esta película es un tipo de discusión sobre el sueño americano, sobre si esforzarse al máximo vale la pena al final o si, en algunas ocasiones, no se puede triunfar ni siquiera poniendo todo su esfuerzo. Es una historia muy humana.
SEMANA: Hablemos un poco más de la película como tal…
E.M.: La película parece callada y modesta, y luego se vuelve increíblemente pasional, política y feroz, pero uno solo se da cuenta de eso al final de la película. Por eso el proceso de leer el guión y ver la película fue un poco engañoso. Al final un sentimiento intranquilo invade al espectador. Y cuando uno intenta liberarse de ese sentimiento toda la película se torna radical, política y hasta violenta de repente, en los últimos 30 segundos. Me parece una narrativa interesante. Cuando leí el guión me sentí completamente llevada, inmediatamente dije que me encantaría hacerlo.
SEMANA: ¿qué matices muestra su personaje, Florence Green?
E.M.: Es muy difícil personificar personas enteramente buenas de manera interesante. Como actriz uno siempre anda buscando grietas en las cosas como recurso para aferrarse al personaje y darle vida. Eso no sirve para Florence, así que esa era mi preocupación, ¿cómo traer a la vida a esta persona y evitar que quedara muy plana?
Creo que su relación verdadera,y se describe en el libro, es con la soledad. Conoce a la soledad y el señor Brundish reconoce en ella otra persona solitaria y su valentía por tratar de abrir la librería. Son dos personas a las que no les importa en absoluto ser solitarias, de hecho creo que ya se acostumbraron a eso. Es como si en la soledad hubieran encontrado un tipo de refugio que los protege del mundo. El esposo de Florence murió 10 años antes de que la película empezara y ella ha estado todo ese tiempo en duelo y escondiéndose, como ya dije antes, refugiada en su soledad, y el comienzo de la película marca ese punto en el que ella decide salir de ese lugar, poner una huella en la arena y hacer que se sienta su presencia cuando abre la librería.
SEMANA: ¿Cómo ve el personaje de Brundish?
E.M.: El señor Brundish alienta mucho a Florence y tiene una sensibilidad radical hacia él mismo. Lee novelas constantemente y tiene sus propios puntos de vista en cuanto a lo que está bien y lo que está mal, y sobre todo lo moral y amoral. Así que claramente no le impresionan el privilegio y el poder que tienen personas como Violet Gamart. Y cuando ve que este tipo de personas afectan el trabajo de Florence, y que no la quieren ni a ella ni a su librería en el pueblo, se enfurece mucho y lucha por ella, lo cual creo que es algo que conmueve mucho a Florence. Y nace un amor entre ellos, lo cual es muy triste porque no se puede dar.
SEMANA: ¿Le gustó como adaptación del libro?
E.M.: Penelope Fitzgerald tiene un estilo muy inglés, un tipo de escritura muy reservada y contenida, pero también hay destellos de humor real y un tipo de sensibilidad excéntrica en la novela. Isabel -Coixet- también tiene este tipo de sensibilidad y creo que la forma en la que interpretó el libro le traerá vida en la película. Ella tiene un gran espíritu que se traduce en su de dirigir. Es como un ajuste perfecto por la energía que le da al material. Creo que es lo que la modestia reservada de la escritura de Penelope Fitzgerald necesita para realmente relucir.
SEMANA: Háblenos un poco más de trabajar con Isabel Coixet…
E.M.: Es muy difícil ser un director de cine y tratar de hacer una película, y es mucho más difícil ser una directora de cine y tratar de hacer una, porque incluso al ser respetada, amada y admirada como Isabel, ha tenido que luchar bastante en muchas ocasiones de su vida para lograr su proyectos. Por eso mismo siente que esta es la historia de su vida en muchas formas, así como es la historia de vida de muchas otras mujeres.
Tratar de hacer algo y descubrirlo imposible al final, por cualquier razón, pasa mucho en la vida real. Y claro, también está el factor de que es una mujer. Una mujer soltera que ya no es joven, especialmente al final de la década de 1950, pero desafortunadamente es una historia bastante familiar para las mujeres en 2018. También creo que es una historia para los hombres, no solo para las mujeres.