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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

LIJ Corsaria #25: Ostras, conejos y la tabla periódica

El humor es una constante en la vida infantil o así debería ser, y los libros que lo acogen son éxito seguro. Pero el humor negro ya tiene una vuelta de tuerca más, porque busca reírse de lo que normalmente causaría piedad, ternura o compasión. Con lo difícil que es eso para no pasarse de la raya. Pero el caso es que ayuda a los lectores a desdramatizar cosas como la muerte y todo lo que está relacionado con ella.

Quizá no sabéis que por la noche, cuando dormimos, los juguetes salen a divertirse. Para ellos empieza el momento de disfrutar y hacer trastadas. Y esto es lo que narra Liniers, casi sin palabras, en Buenas noches, Planeta (Impedimenta). Con su fino sentido del humor y su pericia para la acuarela cuenta la historia de una pequeña niña que después de pasar el día jugando, leyendo y saltando sobre las hojas, termina agotada y se dispone a dormir. Es entonces cuando su peluche, Planeta, salta de la cama y empieza la aventura. Pero el resultado es mucho más que eso. La secuencia de las imágenes, las elipsis, los puntos de vista, sacan el mayor partido a una vivencia cotidiana y a unos personajes tiernos y entrañables, redondeando un precioso cómic muy adecuado para los pequeños lectores que se inician en este género.