Hay libros que son laberintos que a su vez solucionan un misterio detectivesco, como El jardín de los senderos que se bifurcan. Hay libros que nunca son escritos porque sus autores deciden dejar de escribir, por un motivo u otro, como los de Bartleby y compañía. Hay libros que enamoran a sus lectores, como el romance de Lancelot y Ginebra que provoca el primer beso entre Paolo y Francesca. Hay libros que desaparecen o se pierden y un lector detective debe encontrarlos en, por ejemplo, Venecia, como sucede en Los papeles de Aspern. Hay libros infinitos, sin principio ni final, con tantas páginas que el lector nunca puede volverlas a encontrar, como «El libro de arena».
Hay, en fin, libros protagonistas de libros
Y si has reconocido alguno de los libros arriba mencionados, eres un lector bastante friki, enhorabuena. Un lector ama los libros, pero un lector friki también ama los libros que aparecen en los libros. Y aquí tienes cinco más, cinco libros cuyos protagonistas son libros. Ordenados de menos a más friki.
2. La librería de Penelope Fitzgerald (Impedimenta)
No suele haber obras más cursis que aquellas ambientadas en una librería, y la adaptación cinematográfica de La librería es la cursilada de las cursiladas. Pero La librería de Penelope Fitzgerald, en la que está basada la película de Isabel Coixet, no está tan edulcorada. Su protagonista es Florence Green, una viuda que decide abrir una librería en un pueblecito costero inglés, a pesar de que tiene en contra a buena parte de los vecinos. La librería es, pues, la historia de una mujer independiente que lucha contra el mundo para poder venderle libros. El clasismo, el sexismo y en general la cerrazón de los vecinos de Florence están presentes ya en una de las primeras escenas de la novela, donde el banquero al que la librera pide un crédito le hace un mansplaining de manual sobre cómo llevar su negocio.
La librería está escrita de una forma amena y tradicional: en tercera persona, con descripciones breves y ágiles, una fina ironía muy inglesa y un psicologismo sutil pero eficiente. Los libros en general son los protagonistas, junto a Florence, pero hay uno en concreto que destaca sobre los demás: Lolita de Vladimir Nabokov, que provocará escándalo entre el sector más conservador de los vecinos y pondrá una vez más en peligro el negocio de Florence.
Y a pesar de lo dicho más arriba sobre la cursilería, creo que después de leer La librería merece la pena ver la película de Isabel Coixet que la adapta. En primer lugar, porque la directora introduce en el argumento un segundo libro, que no aparece en la novela y tiene asimismo un papel importante, como Lolita; pero también porque le inventa un final diferente, en mi opinión superior al de la novela, aunque no espoilearé ni uno ni otro. El lector-espectador friki encontrará las diferencias.
Guillem González